Los africanos no son solo victimas

Acaba de publicar ‘Irreversibles’, un mosaico de retratos de gente que tiene que ver con el mundo de la solidaridad y con África. En sus páginas encontramos a gente como Pepa Torres, colaboradora de esta revista; el activista y escritor senegalés Mamadou Dia, o la congoleña Nicole Ndongala, directora de la ONG de acogida a inmigrates Karibu. Son 30 personas luminosas como el autor del libro, que responde a la que dice ser su primera entrevista con una sencillez que irradia verdad. Y de la buena.

Javier Sánchez Salcedo, periodista y autor de «Irreversibles»

¿Cómo nace ‘Irreversibles’?

Es una sección de la revista ‘Mundo Negro’ heredera de la sección ‘Gente Solidaria’, que estaba dedicada a trazar un perfil de gente del tercer sector o relacionada con África. Yo heredé la sección de mi compañera África González, le di una vuelta y la transformé en una entrevista pura y dura acompañada de un retrato fotográfico. Hace un tiempo que a un compañero se le ocurrió reunir las entrevistas en un libro. Me pareció una idea un poco loca, pero fue ganando peso y aquí estamos.

La editorial lo presenta como “un libro de momentos, una invitación a escuchar”.

Mi idea era compartir con otras personas lo que me ha pasado con esta sección. He tenido la suerte de estar con estas personas cara a cara un par de horas y preguntarles lo que me apetecía saber sobre ellos y ellos han tenido la generosidad de contármelo. Así que es un libro de momentos muy íntimos. A mí me hizo ilusión compartirlos en la revista y me vuelve a hacer ilusión compartirlos en el libro.

Son retratos de gente unida por un objetivo común: hacer que la vida de otras personas sea más digna. Habláis de “30 personas que no se conforman”.

‘Irreversibles’ es un título abstracto, no informativo. Por eso pusimos el subtítulo de 30 personas que no se conforman. Son personas que ven que el mundo o una parte de él no es como a les gustaría que fuera y no se quedan en la queja, sino que buscan hacer algo para cambiarlo.

Ese interés por personas que quieren cambiar las cosas creo que es de alguna manera reflejo de tu visión del mundo.

Hay mucha admiración en mi trabajo. Yo entrevisto a personas que admiro. Para mí es una forma de sumarme a lo que están haciendo. Uno piensa: “Ojalá yo fuera una de esas personas, hiciese esas cosas”. Bueno, al final la vida me ha colocado aquí y sí que siento que puedo contribuir un poco a su labor hablando de lo que hacen, haciendo que otras personas lo conozcan para que se puedan sentir inspiradas y hacer algo parecido o echarles una mano.

Son personas unidas por ese inconformismo y el objetivo de mejorar la vida de la gente, pero muy diferentes. Hasta en la manera de perseguir ese mundo mejor.

Sí, aunque todos tienen un punto de conexión con África: Algunos son migrantes que viven en España; hay personas que han trabajado o trabajan en África como médicos o educadores para ONGs;  también hay afrodescendientes, gente nacida en España de padres africanos, que por su apariencia física han sufrido dificultades que han revertido, transformándolas en proyectos para que los que vienen detrás no sufran el racismo como ellos.

Fuera de un medio africanista como ‘Mundo Negro’, esa imagen de africanos y afrodescendientes haciendo cosas positivas podría sorprender, pues el público está acostumbrado a ver a los africanos más como víctimas o victimarios.

Los medios tenemos que contar la historia completa. Los africanos no son solo víctimas, son personas con sus historias, sus vidas, sus familias. Hay que contar eso para entenderles y sentirles cercanos, personas y no cosas. Es una de las cosas que agradezco de hacer estas entrevistas. Yo soy español y he mamado una cultura racista, llena de prejuicios, que ve al extranjero con unas etiquetas determinadas. Gracias a poder hablar con personas africanas con tranquilidad, sin prisa, he podido conocerlas. Es lo que me gustaría que ocurriese con los lectores de estas entrevistas, que se acercasen a realidades que desconocen.

Las entrevistas van acompañadas en la web por unos excelentes vídeos que transmiten perfectamente esa cercanía con tus entrevistados.

Yo no estudié periodismo, sino comunicación audiovisual, así que ningún profesor me ha explicado cómo hacer una entrevista y yo las he hecho como he sabido: escuchando a las personas, dejándoles hablar y dándoles espacio para que cuenten y me expliquen. Me gusta ir sin saber demasiado de esa persona, para no tener una imagen previa definida, para no esperar ciertas respuestas… Hago preguntas muy generales y espero a que me cuenten.

Vamos con el nombre del libro, ‘Irreversibles’. En 2015, cuando comenzaste la serie asegurabas que “los cambios que se están produciendo a diferentes niveles, en parte gracias a la dedicación de estas personas y sus organizaciones, son irreversibles”. ¿Sigues creyéndolo? A veces, con todo lo que está cayendo, cuesta creer que un mundo mejor es posible y está llegando.

Estoy convencido. Nada de lo que están haciendo estas personas y muchas otras cae en saco roto. Es verdad que estamos viviendo cosas que no nos gustan y cómo regresan actitudes que pensábamos superadas y que ahora tienen una voz muy fuerte de nuevo, pero los cambios se siguen produciendo. A lo mejor no se les da tanta voz, pero están ahí. Hay muchas iniciativas positivas en favor de la gente. Tampoco hay que ser ingenuos. Queda mucho por hacer, claro.

Hace unos días, Pablo d’Ors decía que falta una literatura de la luz, que los escritores se han enamorado del mal. ¿Se podría decir lo mismo del periodismo?

Hmmm… No lo sé. Hay como una especie de ola de pesimismo y escepticismo, eso está claro. Pienso que en la vida hay que arrimarse a gente luminosa. Te contagian optimismo. Tú sales de hablar con ellos y vas como: “Guauuuu.. Se pueden cambiar las cosas”. No se puede tirar la toalla. Si esta gente, que es la que más cerca está de las realidades más duras, no tiran la toalla y cada día se levantan para trabajar por cambiarlas, los que estamos más lejos de esa dureza no podemos ser más pesimistas que ellos, sería una injusticia muy grande.

¿Cómo es la experiencia de preparar la edición de un libro? Me consta que te ha resultado un proceso excitante.

Hay sido un proceso muy bonito que permite tener a esta gente, que es como una familia o un grupo de superhéroes, todos juntos, uno detrás de otro. No hemos hablado del tema de la fotografía, que me parece muy importante. Hemos querido que los retratos fuesen en gran formato para sentir a la gente muy cerca.

Aparte de cada entrevista individual, que tiene sentido en sí misma, ponerlas todas juntas manda un mensaje de que hay mucha gente diversa haciendo cosas diversas para hacer de este mundo un lugar mejor y eso transmite esperanza.

Sí. Ese sería un segundo subtítulo para el libro: esperanza… e inspiración. Yo siempre les pregunto por qué hacen lo que hacen. Muchos no lo saben explicar. Te dicen que es natural, que no sabrían no hacerlo. Muchas de esas historias pueden encender hogueritas de inspiración en otras personas. Me gustaría pensar en este libro como en un puñado de semillas. Me he puesto tal vez un poco mesiánico, pero lo siento así.

La gente que te admiramos esperamos que no sea el último.

Hombre, hemos hecho una tirada muy pequeña, pero si el libro funciona yo estaría encantado de hacer otro dentro de 30 entrevistas.

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