Juan Ignacio Cortés

He sido muchas cosas en la vida (hasta trabajé en una fábrica cuando el periodismo no me daba para vivir), pero sobre todo me considero alguien a quien le gusta escuchar y contar historias. Algunas de las historias que me contaron para que las contase las recogí en dos libros: "Historia del Brasil" y "Lobos con piel de cordero. Pederastia y crisis en la Iglesia Católica". Desde que en primera adolescencia (creo que voy por la tercera, aunque me estoy quitando) leí "Cien años de soledad" quise ser Gabriel García Márquez. Aunque por supuesto no lo he conseguido, por el camino conseguí viajar numerosas ocasiones a América Latina y algunas a África; escribir reportajes sobre Brasil, Ecuador, Cuba, Chad o Mozambique y trabajar para una organización de derechos humanos a la que respeto mucho y para las Naciones Unidas. En el campo de la cultura, fui parte del equipo político de la Consejería de Cultura de Castilla-La Mancha y del equipo de prensa del Círculo de Bellas Artes. Hablando de guerras y otras injusticias, soy de los que pienso que las cosas tienen que cambiar, aunque es difícil que lo hagan.

El Papa Ratzinger ante la crisis de los abusos sexuales

La actuación de Joseph Ratzinger/Benedicto XVI en la cuestión de la crisis desatada por la salida a la luz de miles de casos de abusos sexuales a menores en la Iglesia católica está llena de claroscuros. Si como Papa reconoció la gravedad del problema, calificándolo como “la mayor crisis de la Iglesia católica desde la Reforma Protestante”, como responsable de la Congregación para la Doctrina de la Fe hizo poco por atacar la gravedad de una crisis de la que se tenía evidencia desde, al menos, los años ochenta.