
La sugerencia de guerrear con globos de agua lleva tiempo ahí, pero parece la respuesta a los planes de la ministra Cospedal de gastarse 10.805 millones de nuestros euros en armas, en lo que llaman “defensa”, aunque no nos explican qué es eso que nos amenaza con más realismo que la precariedad.
Los premios Nobel de la Paz “exhortan a reducir el gasto militar de los estados e incluso a abolir los ejércitos para zanjar conflictos bélicos y lograr recursos económicos para educación y alimentación”, pero ya se sabe que nunca falta gente extravagante, literalmente, que transita fuera de los caminos trillados, habituales; como señala la penúltima aportación al elenco de tópicos, mainstreaming.
Estamos en época de declaración de la renta. A lo mejor queremos transitar –extra vagar– por otros caminos más pacíficos y pasar de financiar armas. Se llama objeción fiscal.
Si deciden pasarse a los globos de agua, ya nos lo replantearíamos.