¿Velo integral o mujeres desnudas? (II)

Dos días después de mi anterior post, los obispos franceses se han decidido a pronunciarse oficialmente sobre el asunto del velo integral por boca de monseñor Michel Santier, presidente de la Comisión Episcopal para las Relaciones Interreligiosas. Como complemento de lo ya dicho aquí, les reproduzco a continuación un análisis aparecido -¡cómo no!- en el diario La Croix. La traducción, algo apresurada, es de quien esto suscribe. Sean, pues, clementes.

El episcopado precisa sus reservas a propósito de una ley sobre el velo integral.

El presidente de la Comisión para las Relaciones Interreligiosas, Mns. Santier, explica por primera vez la posición oficial del episcopado francés que, sobre todo, pone en guardia contra la teoría del choque de civilizaciones.

¿Cuál es la posición del episcopado sobre una ley de este tipo?

Reservada. Es el término utilizado por Michel Santier, obispo de Créteil y responsable de las relaciones interreligiosas en la Conferencia Episcopal de Francia, en un documento difundido esta semana: “Tengo muchas reservas sobre la oportunidad de una ley que no resolverá la cuestión”, escribe. Unas reservas que justifica de dos maneras: el problema del velo integral no sólo concierne a una ínfima minoría de mujeres, como mucho varios centenares. Y la ley podría revelarse contraproducente: las mujeres musulmanas que llevan este velo integral corren el riesgo de no salir más y de acabar todavía más marginadas…

El episcopado estima sobre todo que hay que confiar en los representantes musulmanes –a saber, el Consejo francés de Culto Musulmán- que han declarado claramente que el “velo integral” no es un signo religioso, y que el Corán no prescribe que lo lleven las mujeres. No se trata, pues, de un problema estrictamente religioso. Y, precisamente, una ley semejante estigmatizaría a los creyentes musulmanes. Los ciudadanos, dice el comunicado, “no deben dejarse invadir por el miedo y la teoría del choque de civilizaciones”: hay que distinguir entre la mayoría de los musulmanes que “sólo piden poder practicar libremente su culto” y una minorías que “busca desestabilizar las democracias”.

¿Qué consecuencias podría tener?

Los obispos temen que esta ley dé argumentos, en otros países, a todos los que pretenden restringir la libertad religiosa de las minorías, principalmente en los países de mayoría musulmana. Desde este punto de vista, la posición del episcopado se une a la que expresó el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, en el affaire de los minaretes. Más que dar la sensación, mediante una ley, de cebarse en el islam, sería preferible, estima monseñor Santier, mejorar las condiciones de la práctica de culto en Francia para estos creyentes.

¿Por qué la Iglesia ha tardado tanto en reaccionar en este asunto?

La primera razón avanzada por los obispos es su voluntad de respetar la soberanía nacional: así, han esperado las conclusiones del informe oficial para tomar públicamente la palabra. Pero los responsables católicos lamentan no haber sido recibidos por la comisión parlamentaria. Incluso lo solicitaron, pero no obtuvieron respuesta… Como señala con cierta amargura monseñor Santier, “la comisión no estimó oportuno oír la opinión de los responsables religiosos cristianos y judíos, pero sí recibió a otras corrientes de pensamiento”. Los diputados, de hecho, escucharon al Libre-Pensamiento o a la Unión Racionalista, que representan corrientes muy minoritarias… De hecho, añaden los obispos, si este problema es un problema de laicidad, una concepción abierta de la laicidad engloba a todas las confesiones religiosas. “

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