Un mundo menos violento

No es un deseo navideño, sino la puritita realidad. Créanselo. Les cuenten lo que les cuenten los telediarios, vivimos los días menos violentos desde hace mucho, mucho tiempo. Y no lo digo yo. Lo dice la web de historia Herodote.net, que ha publicado recientemente un interesante estudio comparativo, por decenios, del grado de la violencia de Estado desde 1815.

La investigación ha tenido en cuenta el número de muertos –esto es, excluyendo heridos y otras víctimas “colaterales”- por causas violentas que obedecieran a decisiones políticas o ideológicas: guerras civiles, invasiones, hambrunas organizadas, terrorismo, atentados., etc.

Sorprendentemente, el decenio que ahora acaba, de 2001 a 2010, que se abrió con el impactante atentado de las Torres Gemelas y las subsecuentes guerras de Afganistán e Irak, ha sido el menos mortífero desde 1840. El estudio reseña tres zonas principales de violencia en el mundo: Irak-Afganistán, Oriente Próximo y el este del Congo, a los que añade otros “conflictos” que han provocado un “número marginal” de víctimas: disturbios, atentados, golpes de Estado, etc. En total, en estos últimos diez años, ha habido menos de un millón de muertos.

Esto supone, según el informe, una significativa disminución en relación con las décadas precedentes, cuya brutalidad se suele olvidar con frecuencia. Así, entre 1950 y 2000, los balances decenales se acercaron, cuando no superaron, a los dos millones de muertos. Y ni que decir tiene que el periodo que va de 1914 a 1947 es el más mortífero de toda la historia de la humanidad con entre 100 y 200 millones de muertos; es decir, entre del 5 y el 10 por ciento de los 2.000 millones de personas que conformaban la población mundial de la época.

Para encontrar un nivel de violencia tan bajo como el actual, tendríamos que remontarnos a los años 1815-1840. Y con una gran salvedad: el porcentaje del millón de muertos de esta década –con una población mundial de 6.500 millones de seres humanos- es mucho menor que el de los tiempos de las guerras napoleónicas y otras revoluciones europeas, cuando apenas 1.000 millones de personas habitaban el planeta.

Esta constatación lleva a Herodote.net a plantear dos grandes interrogantes. Primero, el discurso ambiental «contagia» la sensación de que vivimos en un mundo particularmente violento. Nuestras sociedades occidentales son muy pesimistas. ¿A qué se debe esta tendencia a resaltar los aspectos dramáticos de la actualidad? ¿Somos más sensibles a la violencia porque ésta se ha hecho más rara? ¿O son los medios de comunicación los que distorsionan la realidad saturando nuestros hogares de imágenes violentas? Sobre este último punto, la web ofrece un curioso ejemplo: el abordaje de tropas israelíes al barco “humanitario” del pasado verano ocupó tantas páginas en los periódicos del mundo entero como en 1943 la batalla de Stalingrado, que se saldó con 2 millones de muertos.

Y, en segundo lugar, ¿cuáles son las causas de la disminución de la violencia? El portal cree ver dos: el “increíble progreso económico” que han experimentado los países asiáticos, sudamericanos e incluso africanos; y la “modernización de las costumbres”, sobre todo en los países musulmanes.

Queda todavía otra pregunta: ¿Es esta evolución hacia menos guerras y muertos una tendencia duradera o un corto periodo de respiro en la espiral violenta mundial? Herodote se inclina por la primera hipótesis, sin muchos argumentos que respalden esta opinión. La década que comienza en unos días nos dirá si acierta.

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