“No hay mayor denuncia que comunicar la esperanza”

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Siempre hay gente a nuestro lado que nos ayuda a ver el valor de las cosas, de la fe, de la entrega a los demás y en alandar lo sabemos y lo premiamos año tras año. Los Premios alandar 2016 se entregaron el pasado mes de junio poniendo en valor proyectos sociales y religiosos y trayectorias de vida que sirven de ejemplo para toda la familia alandariega en los pasos de Rezando Voy, la Comunidad de Sant’Egidio, la teóloga Marifé Ramos y el músico Álvaro Fraile.

[quote_right]El objetivo es seguir siendo espejo de diálogo interreligioso y abrirnos a contar una espiritualidad que hace a Dios presente en nuestro mundo[/quote_right]Una vez más nos reunimos en el Colegio Mayor Chaminade para celebrar el camino de la revista alandar y entregar sus premios en una sala repleta de personas amigas, para comprobar cómo este último año ha sido el momento del cambio no sólo estético de la revista, sino un cambio en fondo y forma, respetando las señas de identidad de alandar y profundizando en su razón de ser. Así nos contaron Inmaculada Franco y Cristina Ruiz, directoras de la publicación durante este año, cómo además del cambio de estilo gráfico -gracias al diseñador Diego Areso-, desde octubre alandar muestra una nueva cara, con nuevas secciones que se centran en poner el foco en quienes “dicen haciendo”, con una voz profética y esperanzada, comprometida con las injusticias y con la denuncia, dando espacios de libertad y expresando no sólo opinión sino experiencias críticas en el mundo y en la Iglesia. El objetivo es seguir siendo espejo de diálogo interreligioso y abrirnos a contar una espiritualidad que hace a Dios presente en nuestro mundo, con sentido del humor -libre y respetuoso- y abriéndose a temas como el medio ambiente, la discapacidad o la cultura.

En este proceso de cambio está también el reto digital para el próximo año, la construcción de una web adaptada a los tiempos, a la revista y a los suscriptores y el conseguir que el crecimiento de alandar también venga por la suscripción digital y por el espacio que nos brinda compartir la lengua y la fe con América Latina.

Oración en MP3 donde quiera que estés

El primero en subir a por el Premio alandar fue el jesuita José María Olaizola, que recibió de José Luis Jiménez este premio para Rezando Voy, por acercar la oración a la vida cotidiana de miles de personas. Este proyecto multimedia ofrece diez minutos de oración desde un dispositivo móvil en formato MP3 para que en cualquier momento puedas sentirte en presencia de Dios y dedicar un tiempo a la oración. “La vida es oración. Rezar no es sólo para un ámbito, se puede rezar en cualquier sitio”, recordó Olaizola.

El jesuita Jose María Rodríguez Olaizola recogió en nombre de Rezando Voy el premio Alandar 2016


Rezando Voy nació hace cinco años, es un proyecto de la Compañía de Jesús en España que se hace desde Valladolid con el apoyo de muchas personas voluntarias que reflexionan y comparten sobre el evangelio del día con la intención de transmitir la buena noticia de forma inclusiva y alegre. También existe una versión Rezando Voy infantil, donde un equipo de niños y niñas, docentes, madres y padres, hacen su propuesta de oración para compartir adaptada a sus preocupaciones y lenguaje. Para José María Olaizola “el sueño ahora es conseguir un Rezando Voy para adolescentes y jóvenes. Existe cierta propuesta cultural cristiana, pero hay una gran resistencia a lo que suene a creyente, pero sí hay mucha creatividad, aunque no sea compartida en masa, sino minoritaria”.

Mujeres y teología

Marifé Ramos recibió el Premio alandar por su trayectoria comprometida recuperando el sitio de las mujeres en la teología. Conversando con Pepa Monleón, Marifé confesó su rechazo a este galardón a título propio: “Acepto este premio en nombre de los grupos de mujeres y teología, esos que hace 30 años había hasta burlas por su creación y no había teología desde la óptica de las mujeres. Recibimos ese regalo de la ruah y fue creciendo como grano de mostaza y hoy es una realidad. En nombre de todas ellas, de esas mujeres, lo recibo”.

La teóloga Marifé Ramos recogió el premio Alandar por su compromiso con la teología desde la mujer

“Cuando empezamos hace 30 años pensábamos ‘y si un día fuéramos más de ocho, y si contactáramos con mujeres de toda España, de toda Europa, ¡qué sueño!’. Nos parecía como el sacerdocio de la mujer ahora, ¡para que os hagáis una idea! Pues en 2011 fue una realidad y la Asociación de Teólogas Españolas –ATE– reunió en Salamanca a cientos de mujeres de toda Europa”. Hay que destacar que los grupos de Mujeres y Teología no nacen de una perspectiva académica, “como dicen en oriente: el que ora ya es teólogo”, recordó Marifé Ramos. “Hay una experiencia profunda de las mujeres, cuando el dolor y la fe se entrelazan eso es teología”.

Marifé habló de su pasión por la educación: “Si volviera a nacer pediría a Dios ser profesora de religión”. Después de 37 años como docente, para ella la religión en la escuela dada con pasión, con mucha creatividad, ayuda a los y las adolescentes, los acompaña en su proceso de búsqueda y les aporta apertura también para el diálogo entre religiones.

En cuanto a los planes de futuro de Marifé Ramos la vocación del beguinato se ha cruzado en su camino junto a otras mujeres que están caminando en busca de respuestas. Cuando pensaron en 2013 que se acababa el movimiento con la muerte en Bélgica la última beguina, ellas han recibido el espíritu que desde la Edad Media impulsó a miles de mujeres a vivir una espiritualidad que no dependió de la autoridad de la jerarquía de la Iglesia, que se sintieron en red y se involucraron en la realidad social, económica y política de su tiempo unidas por una corriente mística y teológica.

Música como uno es

El Premio alandar de este año con aire cultural, por su buen hacer en la música comprometida con la justicia, ha sido para Álvaro Fraile, que cuando Cristina Ruiz le presentó como una nueva voz en la música cristiana en España nos dijo “yo no hago música cristiana” (¡no digas eso que se van a ir todos!). Sin miedo a habernos equivocado, Álvaro nos explicó que más allá de la etiqueta “me gusta mucho más decir que yo soy músico, y como soy cristiano y soy creyente, todas mis canciones son la lectura creyente de las cosas que me pasan, de lo que quiero contar, de los descubrimientos que voy teniendo”. “En la música cristiana en España me cuesta encontrar referentes porque creo que no se ha profesionalizado lo suficiente, ahora hay proyectos muy interesantes y seguro surgen nuevas cosas. Pero no creo que sea correcto etiquetar con ‘cristiano’ música, libros, pintura y sólo optar por eso… Creo que hay que estar abierto a todo lo que nos dé pistas, nos haga pensar, reflexionar, etc.”.

Álvaro Fraile tocó canciones tras recoger el premio Alandar 2016

Para Álvaro Fraile “la música está inventada para transmitir espiritualidad, la danza, el ritmo, es el mejor vehículo que existe para eso. La música moderna, el rock, pop, soul, blues, nacen del góspel de canciones para rezar, para expresar lo transcendental. Luego se ha convertido también en algo lúdico. Mi vocación es utilizar la música como vehículo para transmitir la fe. Una canción gusta porque conecta con algo fundamental dentro de ti, y eso es la fe”.

Uno de los proyectos en los que el cantautor ha estado involucrado en este curso es un trabajo con niños y niñas en un colegio en Segovia sobre acoso escolar y violencia, donde han investigado casos y han grabado un vídeo con una canción compuesta tras la tarea de ponerse en la piel de los pequeños y pequeñas que sufren este acoso en su entorno escolar.

Construyendo puentes

La comunidad Sant'egidio un ejemplo en compromiso por la paz y los refugiados recogió el premio Alandar 2016

El último de los Premios alandar 2016 fue de marcado carácter social, entregado a la   Comunidad de Sant’Egidio de Madrid, por su compromiso por acoger a las personas que se quedan en los márgenes de nuestra sociedad. Presentado por David Álvarez, otro de los miembros del Consejo de Redacción de la revista, Carlos Busto recibió el premio en nombre de la comunidad, responsable de la Escuela de Paz. El último de los Premios alandar 2016 fue de marcado carácter social, entregado a la  Comunidad de Sant’Egidio de Madrid, por su compromiso por acoger a las personas que se quedan en los márgenes de nuestra sociedad. Presentado por David Álvarez, otro de los miembros del Consejo de Redacción de la revista, Carlos Busto recibió el premio en nombre de la comunidad, responsable de la Escuela de Paz. Precisamente este proyecto de Escuela de Paz fue el inicio del trabajo de la comunidad de Sant’Egidio en Roma y luego también en Madrid con los niños y niñas en el barrio de Pan Bendito. Las Escuelas de la Paz se centran en el apoyo escolar y en la transmisión de valores. Es, precisamente, por medio de estos menores que la realidad de las personas refugiadas también ha llegado desde diferentes países a espacios de marginación en las ciudades donde trabaja la comunidad de Sant’Egidio.

Carlos agradeció el premio como reconocimiento a la labor de su comunidad cuya vocación es “estar presentes en los márgenes de nuestra sociedad y construir puentes de entendimiento. Precisamente en una Europa que construye muros físicos y legislativos, estamos trabajando para crear los corredores humanitarios para que los refugiados puedan llegar a Europa sin jugarse la vida”.

En el tema de las personas refugiadas en España se está intentando trabajar pero no se han dado respuestas institucionales positivas. Carlos Busto recordó que “Europa se está construyendo lev, antando muros, en Hungría, en Turquía, etc. y nosotros creemos que la solidaridad tiene que ser el motor para construir una unión. Por eso creemos que la Iglesia tiene que estar por encima de los gobiernos y de esta falta de respuesta. En países como Italia, donde están funcionando los corredores humanitarios para refugiados ha sido la unión de los cristianos, junto a las Iglesias evangélicas, la que ha posibilitado el acuerdo. Tenemos que cuestionarnos si como cristianos estamos a la altura de lo que ocurre y estamos exigiendo lo suficiente como sociedad civil, porque este modelo de corredores está basado en la legislación europea y se puede replicar en los diferentes países”.

Además de la infancia y la población refugiada, otro de los focos de atención de la comunidad de Sant’Egidio es la lucha contra la pena de muerte, que en estos momentos de inestabilidad mundial ha vuelto a ganar terreno en muchos países. Carlos recordó que todos los ámbitos de actuación de su comunidad “nacen del conocimiento de la realidad, de tener amistad con las personas que sufren, en este último caso por medio de varias personas de la comunidad que empezaron a escribirse con personas en los corredores de la muerte en Estados Unidos. Uno de ellos decía ‘doy las gracias a Sant’Egidio porque han sufrido con nosotros’ y ahí está la clave, hacer tuya esa lucha”.

La comunidad de Sant’Egidio ha recibido críticas por ser demasiado institucional y también por su carácter buenista, ante lo que se ha preguntado a Carlos Busto, que ha recordado que “no hacemos las cosas para complacer a nadie, nos equivocamos como todos pero tratamos de vivir el Evangelio y ser fieles a los más pobres, haciendo cosas que cambien sus vidas”.

La jornada de entrega de los Premios alandar 2016 terminó con la música de Álvaro Fraile, quien con sus canciones dejó un buen recuerdo en los y las presentes y un espíritu muy alandariego: “No hay mayor denuncia que comunicar la esperanza”.

Corina Mora

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