Un festival internacional en cuatro de los llamados “pueblos blancos” acoge distintos estilos de música que se mezclan por las calles que forman las típicas casas blancas de Andalucía. Todo un espectáculo nacido para cautivar los sentidos y perdurar por su peculiaridad en la escena festivalera del verano español.
Seguramente si hemos visitado algunos pueblos de Andalucía, especialmente los de las comarcas de Cádiz y Málaga como Janda, la comarca de la Sierra o la serranía de Ronda, nos hemos maravillado con sus paisajes escarpados, su diversidad cultural y su curiosa imagen de postal de casas blancas.
Es precisamente esta última característica la que más llama la atención, y por la que existe la ruta de los pueblos blancos. Además, estas casas parecen estar escalando las montañas, lo que ofrece una visión original y pintoresca. Este blanco característico de las casas proviene de la antigua costumbre de los habitantes de encalar las fachadas de sus casas para repeler los rayos de sol y aislar del calor en el interior de estas, que además remataban adornándolas con coloridas flores.
Entre las calles que se van formando con este tipo de edificaciones perviven historias de lo que fue la vida de Al-Andalus y permite acercarnos al día a día de entonces. Incluso en algunos de los nombres de estos pueblos se refleja esta presencia aún viva, que nos hace recordar donde estamos y de dónde venimos, como es el caso de Benamahoma que significa «la casa de Mahoma», Alcalá (el castillo), Algar (la cueva) o Zahara (la fortaleza).
Un paisaje declarado reserva de la biosfera, el Parque Natural de Los Alcornocales, el Parque Natural Sierra de Grazalema… un auténtico lujo turístico que visitar en el que además, encontraremos algo poco común allí: un festival de música internacional.
Pueblos Blancos Music Festival
Son los pueblos de Ronda y Montejaque en la provincia de Málaga y Grazalema y Villaluenga del Rosario en la provincia de Cádiz los que soportan las cuatro sedes del festival, en el corazón de los llamados pueblos blancos.
“Pueblos Blancos Music Festival” nació en septiembre de 2016 con el objetivo de unir a grupos de música aficionados y artistas consagrados de diferentes nacionalidades, algunos españoles, pero la mayoría de otros países como Australia, Grecia, Inglaterra, Alemania, Guatemala, Costa Rica, México y los Estados Unidos, siendo Austin, la capital mundial de la música en directo, la ciudad mas representada en el festival, pues la idea de este nació allí. En palabras de uno de los organizadores, Phil Plata: “músicos internacionales que vienen a tocar juntos a España y otras muchas bandas que están empezando. Y esto sigue creciendo porque la gente viene con su familia, amigos, y son unos pueblos maravillosos, que nosotros jamás habíamos visto.”
El festival consiste en que cerca de 30 bandas de los cinco continentes vayan rotando por los distintos escenarios durante cuatro días. Los conciertos están abiertos a todos los públicos y son gratuitos gracias a apoyos de ayuntamientos, diputaciones y músicos locales. Eventos donde los músicos actúan, interactúan y comparten experiencias con la población local a través del rock y la música de raíces americanas como es el country, tex-mex, el jazz, blues o funk.
En su cuarta edición celebrada entre el 8 y el 11 de agosto ha contado con bandas como Joe King Carrasco (Austin), Los Skarnales (Houston), Sister Sister (Houston) o Maf É Tulá (Costa Rica). Tan sólo cuatro bandas eran españolas, y alguna de ellas emergentes y principiantes en este mundo, lo que les supone una oportunidad y una riqueza apasionante, como son Chisum Cattle Co. (Madrid), Las Casitas (Vejer de la Frontera), CIVES (Madrid) y Suso Díaz & The Apalosas (Cádiz).
El festival promueve la unificación de grupos de todas partes del mundo, compartir distintos tipos de música con personas de todo el mundo y que desde España podamos conocer una música que traspasa nuestras fronteras. Cada grupo se reparte por los escenarios, tocan sus repertorios, comparten música y al final se juntan en una Jam Session, a la que se suman todos los que quieran hacer música, terminando todos los músicos de las distintas bandas tocando e improvisando según el momento, creando un ambiente de diversión e interculturalidad que no deja indiferente a nadie.
Principalmente es un espacio bidireccional entre los dos continentes donde se facilita el acceso de bandas americanas hacia Europa y supone un trampolín hacia Estados Unidos de grupos europeos. Un evento que favorece la mejora de la calidad de vida y disfrute de la población y que integra valores donde el sexo, la raza, la religión, la lengua y las tradiciones no representan ninguna barrera en la comunicación y la amistad.
El rock sin fronteras y la música sin fronteras es lo que hace a este festival diferente, con una necesaria ruptura de moldes establecidos por el mercado que llegan hasta un mundo tan libre y de sentimientos como es la música en particular y el arte en general. Cerca de un centenar de conciertos gratuitos en los que desaparecen las fronteras entre el público y los artistas, donde se mezclan culturas, experiencias, viajes y diversión.
Eduardo Martín Ruano