El papa acaba de nombrar presidente de la Pontificia Academia de las Ciencias a Werner Aber, profesor emérito de Microbiología de la Universidad de Basilea, premio Nobel y protestante. Este es un paso histórico porque, aunque en los estatutos de la Pontificia Academia no es necesario que sus miembros sean católicos (pueden ser no creyentes y fieles de otras iglesias cristianas e incluso otras religiones), se considera un hito en el ecumenismo.
La Stampa