No es enfermedad

A primeros de mayo se organizó en el Vaticano un congreso internacional sobre ceguera, dirigido por el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios. Durante el congreso, se profundizó en el estudio de los aspectos teológico-pastorales y médico-científicos del cuidado de las personas invidentes o que padecen ceguera parcial. Es preciso señalar abiertamente el despiste, desconocimiento o la falta de criterio de los prebostes vaticanos sobre las personas ciegas, que están hartas de gritar que no son enfermas, sino personas con discapacidad, lo cual es muy distinto. “Como persona invidente y católica, me hiere profundamente esta falta de sensibilidad y orientación equívoca porque yo no veo pero estoy muy sano”, nos comentaba nuestro colaborador Mariano Fresnillo al tener noticia de la celebración del congreso. Además, en el congreso se trató la adaptación de una sala del museo diocesano de Mantua para las personas ciegas que, aún siendo una medida destacable, sería mucho más prioritaria la adaptación con accesibilidad universal los museos vaticanos o la puesta en marcha de audiodescripciones de las pinturas en la Capilla Sixtina, por poner algunos ejemplos.

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