El califato perdió su territorio, pero el ISIS sigue siendo una gran amenaza

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El ISIS ha atentado en 92 países y el 95% de sus víctimas son musulmanes.

Los fotoperiodistas somos testigos, una profesión de servicio público y riesgos asumidos. En situaciones límite nos salvan la suerte y el sentido de supervivencia.

Siento el riesgo de una nueva Cruzada en el discurso de la extrema derecha y el uso de la religión como herramienta de separación.

El fotoperiodista presentó su libro «Fade to Black» (fundido en negro) sobre el Ascenso y Caída del Califato ISIS.
Foto: Oskar Montero

Ricardo García Vilanova, recién llegado de Bagdad, mostró sus imágenes y su testimonio de lo vivido durante nueve años en primera línea de frentes bélicos en Siria, Irak y Libia, y la dignidad y el sufrimiento de la población civil. Él mismo, fue secuestrado y recluido en cárceles secretas del Estado Islámico donde se torturaba y asesinaba, pero con ejemplar actitud ética, se niega a convertirse en noticia y solo habla de lo que la gente sufre y reclama.

-Llegas de Bagdad, la segunda mayor ciudad del mundo árabe y capital de Irak, la antigua Mesopotamia, donde la población civil se moviliza contra un gobierno, corrupto e ineficiente. ¿Cómo has visto la situación?

-Irak es un país de 39 millones de habitantes y población muy joven, donde el 60% no conoció a Sadam Hussein, el dictador derribado por EEUU hace 16 años. Irak es el tercer exportador mundial de petróleo. Pero hay muchísima gente carente de trabajo y de servicios públicos básicos. Y muchos políticos y funcionarios corruptos. Datos oficiales indican que desde el derribo de Sadam Husein en 2003, la corrupción se ha tragado 400.000 millones de euros, dos veces el producto interior bruto de Irak.

-A pesar de la dura represión, adultos y jóvenes iraquíes, se movilizan y manifiestan, desarmados, reclamando un gobierno honesto, austero, y capaz de redistribuir con justicia la riqueza del país.

-Desde finales de octubre, los adultos se concentran en la Plaza Tahrir, un espacio público abierto, junto a la alta torre del antiguo Hotel Turkish, donde se han instalado unas jaimas en que se sirve gratis comida y café; algunos policías vigilan y protegen el recinto. El gran puente sobre el río Tigris, que da paso a una zona residencial y de parques, está cortado al tráfico por una gran pared, y en uno de sus estribos la gente se agrupa y grita algunas consignas. Cientos de jóvenes, en su mayoría universitarios, que no tienen empleo ni esperanza de un futuro mejor, se manifiestan en una calle cercana, algunos envueltos en la bandera de su país. Van desarmados y la policía dispara desde el fondo de la calle; algunos jóvenes responden con piedras y tirachinas y hacen fotos con sus móviles; desde media altura de algunos edificios disparan algunos tiradores, y franco tiradores no siempre identificados. La represión, a mediados de noviembre, había costado ya no menos de 300 muertos.

-El panorama político de futuro en Irak parece complicado.

-Hay varios partidos políticos, dos de ellos principales, en liza, y un clérigo chií, Alí Sistani, muy influyente, que defiende y apoya a la gente que se moviliza y pide un cambio profundo.No parece que los que tienen el gobierno, ni el vecino Irán, estén por tal cambio y por convocar elecciones. En la población crece el sentimiento anti-iraní y antipartidos, y quieren un parlamento más reducido y sin corrupción.

-¿Cómo empezó la historia del Califato ISIS?

-Todos recuerdan el precedente de Al-Qaeda cuyos miembros juraron fidelidad al jeque Osama Bin Laden. Al-Qaeda tenía un grupo en “el país de los dos ríos” (Tigris y Eufrates). El 13 de octubre de 2006, Abu Omar Baghdadi, declaró la constitución del primer autodenominado Estado Islámico, entonces reducido al solo espacio geográfico de Irak. Varios de sus dirigentes y el líder resultaron muertos en un ataque estadounidense en abril de 2010. En mayo del mismo año Abu Bakr al-Baghdadi ocupó el  puesto de emir del mermado grupo, que se había convertido en una facción clandestina en algunos núcleos urbanos y en el amplio desierto de Irak. Aprovechando el comienzo de la guerra en Siria, Al-Baghdadi envió a un grupo de subalternos al país vecino. Y, en abril de 2013, su organización adoptó el nombre de “Estado Islámico en Iraq y Levante” más conocido como ISIS por su posterior anexión de Siria. En febrero de 2014, Al-Qaeda anunció la ruptura de vínculos con el ISIS y el 29 de junio de ese mismo año Abu Bakr al-Baghdadi proclamó el establecimiento del segundo Estado Islámico (ISIS), otorgándose el papel de califa de todos los musulmanes.

-Ese efímero Estado de fundamentalistas, famosos por su extrema crueldad, quería reconstruir el antiguo Califato medieval en un vasto territorio, que abarcaría incluso Al-Andalus (España), en el que regiría la ley islámica. ¿Qué territorios llegó a controlar?

-El 4 de julio de 2014 el califa se dirigió a la Umma (comunidad de creyentes que profesan la religión islámica) desde la Gran Mezquita de la ciudad de Mosul, pidiendo lealtad a todos los musulmanes del mundo. Agrupó un vasto territorio -semejante en extensión al de Gran Bretaña- entre Irak, Siria y Libia, con Mosul, Raqqa y Sirte como sus capitales. Y nuevos grupos juraron lealtad al califa en países como Egipto, Argelia, Afganistán, Nigeria o Filipinas.

-¿Qué papel jugó el ISIS durante la Revolución Siria, parte de la frustrada “primavera árabe”?

-Sunitas, chiíes, kurdos, cristianos y armenios se enfrentaron juntos al régimen de Al-Asad. Era el comienzo de la Revolución, pero al cabo de unos pocos meses esta unión se volatilizó. Ni la Liga Árabe ni la comunidad internacional les otorgaron apoyo alguno. Abandonaron a los civiles a su suerte en un momento en el que se hubiera podido crear una zona de exclusión aérea para proteger a los civiles y reducir el número de muertos. Al-Asad liberó de sus cárceles a presos extremistas que fueron a nutrir las filas del Isis. Algunos cargamentos de armas enteros suministrados por Estados Unidos para el Ejercito Libre Sirio terminaron en manos del ISIS, dado que los convoyes debían atravesar los puestos de control del grupo terrorista. Se dio un momento en que en Siria pelearon hasta 8 ejércitos de tendencias diferentes. Hubo bombardeos, misiles balísticos, armas químicas. Total impunidad para matar. El ejército de Al-Asad en todas sus incursiones actuaba igual: primero bombardeaba las poblaciones con tanques y morteros, luego entraba en las localidades, permanecía en ellas 4 ó 5 días, mataba a unos cuantos civiles y se iba. El ISIS sumió al país en un apagón informativo. Fue la consecuencia de los secuestros y asesinatos de varios informadores locales de los cuales los medios internacionales ni tan siquiera dejaron constancia, ni tampoco de la suerte de periodistas y cooperantes occidentales.

-¿El ISIS ejerció, al comienzo, cierta fascinación  entre la gente?

-Sí. Al principio se hizo simpático; incluso repartía gratis mantas y alimentos. Mucha gente pensaba que el modelo social no había funcionado, la Revolución no había triunfado y el Régimen continuaba en el poder, así que el ISIS podía ser la solución a sus problemas. Los civiles no se percataron del precio que debían pagar, hasta que fue demasiado tarde, cuando el grupo secuestró la Revolución y la convirtió en un conflicto sectario. El ISIS atacaba hospitales, no dejaba tiempo de enterrar a los muertos, minaba la moral de la población, asustaba con sus cárceles -que a menudo eran cubos asfixiantes de 2×2 metros- y con sus crueles ejecuciones. Cuando perdía o abandonaba una ciudad, la llenaba de bombas trampa. Las casas de familias cristianas, a quienes negaba el derecho a vivir, cuando quedaban vacías las dejaba señaladas con la letra árabe “nun”.

-¿Cómo se financió?

-Le dieron soporte los países del golfo, que comparten su modelo social y religioso, la ley islámica, e incluso la pena de muerte con ejecuciones mediante degollaciones y lapidaciones. También obtuvo fondos de explotaciones petroleras del sur de Siria que controlaba. Y, cuando conquistó la ciudad de Mosul, se adueño de una gran reserva de oro y dinero, hasta el punto de que el Estado Islámico llegó a acuñar monedas de oro.

-El ISIS se quedó sin territorio, y Al-Bagdadi murió el 26 de octubre pasado, cerca de ALEPO en el noroeste de Siria, en el curso de un ataque nocturno de EEUU. Pero, ¿persiste su influencia?

-Con la liberación de Sirte en 2016, y de Mosul y Raqqa a en 2017, con intervenciones de EEUU, sus aliados occidentales y los kurdos, se despojó al ISIS de sus tres capitales y de su territorio y,  por tanto, de su legitimidad para  autodenominarse Estado. La ciudad de Mosul es una ruina y de la mezquita donde Al-Bagdadi se proclamó califa no queda en pie más que un pórtico El ISIS desaparece con la pérdida del control de su territorio en 2019,  pero ha supuesto un hito y una referencia memorable en la retórica yihadista. Por primera vez desde la caída del Imperio otomano, los seguidores de Abu Bakr al-Baghdadi han demostrado que los estados-nación modernos pueden ser derrotados. Además, que es posible crear un Estado Islámico, con administración pública, economía, moneda, escuelas, fronteras, contrato social, ejército, policía y capacidad de comunicación eficaz. El ISIS, que sigue siendo una amenaza, ha demostrado que el orden mundial es vulnerable.

La muerte del líder, ¿qué efectos ha tenido y puede tener en el territorio que controló y en el mundo entero?¿Habrá atentados en venganza?

Toda acción implica siempre reacción. El ISIS sigue manteniendo presencia,  gente armada y células durmientes en muchos países, sobre todo en Siria, Irak, Libia, Egipto, Túnez, Yemen, Afganistán, Filipinas, Nigeria, Mali… No ha dejado de ser una amenaza. Sí es cierto que tienen menos capacidad de captación y penetración, pero siguen siendo un peligro tremendo. El Estado Islámico no cometió el error de Al-Qaeda de centrar e identificar su organización en Bin Laden. El Estado Islámico no ha centrado e identificado su poder en una persona, sino en una ideología: tiene un poderoso mensaje, más allá de las personas que controlan ese mensaje.

-¿En cuántos países, y de qué zonas del mundo, ha cometido atentados el ISIS?

En 92 países diferentes. Pero importa señalar que –según datos de 2018-  la mayor parte de sus víctimas, cerca de un 95%, son musulmanes: hombres, mujeres y niños. Debemos tener siempre presente ese dato. Porque los musulmanes, en una muy gran mayoría son gente bondadosa, amable y muy hospitalaria. No hay que confundirles con los extremistas violentos.

-¿Qué perfil se podría dibujar de los terroristas más duros del ISIS?

Entre los que asesinan de cualquier forma posible en cualquier ciudad del mundo existe una parte, la más significativa y letal, que viene de los propios países donde después se cometen los ataques terroristas. Su perfil no es solo el de un fanático religioso, sino que los hay movidos por motivaciones económicas, sociales o simplemente psicopáticas, a menudo frustrados de forma personal y colectiva, con niveles culturales diversos y clases sociales que abarcan todos los estratos. Su verdadero peligro es que viven y son como nosotros. Están entre nosotros aquí y ahora, esperando, algunos de ellos dispuestos a morir matando; no hay nada ni nadie que pueda detenerlos. La única forma es hacerlo justo antes de que decidan disparar contra una multitud de gente en un concierto, explotar un avión en vuelo o utilizar un camión como arma.

-Impactan tus fotografías, logradas con extraordinaria sensibilidad y acercamiento. ¿Cómo logras salvar las distancias?

-Hay dos cuestiones clave para los fotoperiodistas como yo, que son el respeto y la empatía. El respeto, porque trabajamos con el dolor ajeno en situaciones extremadamente deshumanizadas de desamparo absoluto; tenemos que lograr que nos acepten; para eso es necesario estar mucho tiempo con personas y comunidades, hasta que se olviden que eres fotógrafo y periodista: es entonces cuando logras obtener imágenes veraces que tienen la fuerza suficiente para ilustrar el drama que sucede. Y luego empatía, compartir su difícil existencia y  sentimientos, porque como nos enseñó Kapuscinsky “es un error escribir sobre alguien con quien no se ha compartido un tramo de la vida”

-Llevas 9 años en primera fila de los conflictos armados en Siria, Irak y Libia; has estado secuestrado en dos ocasiones, recluido en cárceles estrechas y hacinadas del ISIS  y eres testigo del horror de la guerra, del sufrimiento de  incontables víctimas, del fanatismo, el terrorismo, el juego de intereses de grandes potencias y países  enfrentados. ¿Qué te mueve a volver tantas veces a esa zona del mundo árabe?

-El periodismo es un servicio social. La ciudadanía tiene derecho a estar informada. Debe existir opinión pública, porque la sociedad tiene una gran responsabilidad y puede cambiar gobiernos. La violencia, parece una constante entre los humanos, ha estado presente siempre en la historia, y muchos de los grandes cambios se han hecho con violencia. La guerra muestra, además del sufrimiento y la sinrazón, lo mejor y lo peor del ser humano: la abnegación de muchas personas hasta dar su vida de manera desinteresada por otras, y la crueldad patológica de otras muchas. La función del buen periodista es ser testigo, lo que resulta muy importante en el ámbito internacional, en un mundo globalizado y crecientemente interrelacionado.

-Cómo valoran hoy las empresas de comunicación y los lectores de prensa impresa o digital la información internacional y el trabajo de los reporteros literarios y gráficos?

-Quedamos pocos fotoperiodistas. Últimamente no encuentro colegas españoles en los países en que llevo nueve años. La información es costosa y arriesgada y las empresas no quieren pagar por ella lo que es justo. Prefieren acudir a las agencias, y entre ellas hay de todo, algunas sí de muy alta credibilidad. Reconozco que la sobreabundancia de imágenes nos ha hecho insensibles al dolor ajeno, sólo nos impacta lo que sucede cerca de nosotros. Pero la manipulación informativa crece, y los lectores, espectadores y quienes se mueven en redes sociales y recogen “información” en su móviles han perdido sentido crítico. Se publican abundantes falsas noticias, cuya fuente no está verificada y contrastada.

-¿Cómo ves el futuro? ¿Va a crecer el enfrentamiento o habrá posibilidades de un encuentro de civilizaciones?

-Soy pesimista. Más bien pienso en un choque. A veces llego a sentir que crece el riesgo de “una nueva Cruzada”. Lo digo al ver cómo se utiliza la religión como pretexto de identificación identitaria y como herramienta de separación excluyente: o estás en un bando o quedas excluido. Ya se ve cómo crece en Europa el discurso y la presencia de la extrema derecha. Hacen falta ciudadanos abiertos y defensores de la pluralidad. Y eso es cuestión de educación y sensibilización, desde la escuela y en toda edad.

-¿Te molesta hablar del costo y la satisfacción  personal que ha tenido para ti tu oficio? ¿Qué heridas llevas encima y qué has aprendido?

-En lo personal siento que el mío es un oficio peligroso y una opción que conlleva sus riesgos. Pero los he asumido, como otros compañeros. En situaciones límite me salvan la suerte y un sentido muy arraigado de supervivencia, y pienso, sobre todo, en mi familia. Estamos prestando un servicio público, y cuando el gobierno de nuestro país ha hecho gestiones para nuestra liberación en situaciones de cautiverio, pensamos que ha hecho por sus ciudadanos lo que debe hacer.

Autoría

  • Alandar

    Algunos artículos son escritos por personas ajenas a Alandar a quienes pedimos colaboración por su experiencia, conocimiento de la materia, etc...

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