El valor de los valores y la escuela

Foto. Rocío Benítez.“Ha sido un error. El centro de Formación Profesional en Leganés está ya cubierto. Te corresponde el Instituto Ramiro de Maeztu, en la calle Serrano de Madrid”. Tras colgar el teléfono, esa estudiante de teología que necesitaba financiar de algún modo su último año de especialidad se echó a llorar. La llamada milla de oro no era precisamente el lugar que, desde la opción por los pobres, hubiera imaginado para dar clases de religión. Pero, como casi siempre, las sorpresas positivas de la vida surgen de algo negativo. Y mi rotunda vocación docente no eligió otra vía, especialmente gracias a que mi camino confluyó con el de tantas otras profesoras y personal solidario y los de cientos de alumnos y alumnas con motivación e, incluso, quienes desde la aparente tibieza ven que se les cuestiona por los valores que nos inspiran.

El espacio no formal resultó ser más significativo que la clase. Por eso ideamos las “Tertulias de los martes”. Allá por 1990 eran teológicas, ahora de valores y aconfesionales, aunque su coordinadora sea profesora de religión y haya intolerantes que por ello nos desacrediten. Una de esas tertulias tenía como tema el creciente racismo. Unos días antes, el 13 de noviembre de 1992, un skin head asesinó a Lucrecia Pérez, inmigrante dominicana. Aquél fue el detonante que nos hizo sentir que la palabra tenía que llevar a la acción. Así nació el Grupo Sin Fronteras (las quejas sobre los nombres, a las criaturas; siempre hemos respetado los consensos) y un Seminario Permanente de Profesorado llegó a reunir a 42 profesores y madres del APA. Pensamos que contra el racismo y la xenofobia debíamos educarnos en la diversidad y la solidaridad. El año siguiente un ultrasur acuchilló a un alumno de la demencia, y añadimos a nuestros valores el de la paz. Ése fue el origen del Proyecto Diversidad, Solidaridad y Paz. Siempre desde una perspectiva inductiva, participativa, transversal y de auténtico “empoderamiento”. Si alguien propone una idea, se considera adecuada en la dinámica del centro, se consensúa y, si hay quien asuma su ejecución, adelante. Querer es poder.

Así llegaron:

Las Jornadas Sin Fronteras en forma de charlas y talleres con famosos profesionales de la ciencia, política, literatura, deporte, arte, prensa, etc. y personas comprometidas en cualquier ámbito para que nos abren ojos y corazón al valor de los valores. Y siempre con música: danzas de todas las culturas imaginables, hip hop, cantautores…

También, los grupos de ayuda mutua, porque no tiene sentido la solidaridad con quienes viven lejos pero no con nuestro vecindario. Se trata de grupos de alumnos y alumnas que voluntariamente apoyan en su aprendizaje a sus compañeros fuera de horario escolar y, de ese modo, también aprenden a enseñar. Se basan en la pedagogía de aprendizaje cooperativo y entre iguales.

La Plantita Solidaria sirve para aprender -gracias a las plantas- el valor del cuidado y la paciencia, como nos demostró Jesús con sus parábolas, todo un espejo de nuestra vida ante otro ser vivo. Es un regalo de belleza y naturaleza que nos ha permitido, por ejemplo, financiar nuestro apoyo a Haití. “Por eso te planté mi corazón en una maceta”.

Además, se celebran fiestas de Navidad, de la asociación, tres para tres solidarios y pachangas con figuras de estudiantes, etc.
No olvidamos la importancia del reciclaje, pues no resulta coherente hablar de ecología y no ser capaces de gestionar una caja de reciclaje en cada clase.

En el Taller de Ritmos se desarrolla nuestra socialización y psicomotricidad, se expande la interculturalidad… y descubrimos la vida como fiesta.

Los Mercadillos Solidarios son toda una institución en el centro gracias a su aportación pedagógica y ecológica, ya que reciclamos nuestros objetos además de recibir generosas donaciones de Purificación García, C&A, TMT, etc. Siempre hemos cuidado también, desde nuestro “Rincón Solidario”, producir objetos que nos permitan financiar nuestros proyectos educando: calendarios, camisetas, postales de Juan José Gómez Molina, tazas, cuadernos, pulseras con la historia de Sáhara y Palestina, etc.

Por último, un largo etcétera, que 21 años de pasión por la educación en valores dan para mucho.

Y adelante, adelante, llegó “Sáhara en el corazón del Ramiro”, campañas, charlas… y un total de cinco caravanas solidarias con voluntariado y alumnado -en la última ocasión de tres institutos- a los campamentos saharauis de Tindouf. La mejor experiencia educativa que personalmente hubiera imaginado en mi vida. Y, ante la ausencia de educación secundaria en las wilayas (provincias), comenzamos el -para nuestros nulos recursos económicos y burocráticos-, titánico proyecto de invitar a estudiar a ocho saharauis a nuestro centro. Como diría Pila Azofra “con este proyecto es imposible mirar para otro lado”. Nuestro olvidado pueblo hermano está ya en la entraña de nuestra comunidad educativa.

Esta actividad nos obligó a constituirnos en asociación, actualmente llamada Acercándonos. Depende orgánicamente del propio proyecto, pero es necesaria para la gestión transparente de los fondos y como instrumento legal en los proyectos internacionales que decidimos financiar, ya que, como actualmente hay centros de secundaria en los campamentos, hemos reconducido el proyecto: un pozo para la escuela de Midjobo –Guinea Ecuatorial- financiada por Proclade y fondos públicos, un autobus escolar para nuestro querido Centro de Educación Especial de Dajla, etc. Uno de nuestros lemas es que “Toda escuela del norte tiene el deber moral de -al menos- apoyar una en el sur”. Y es un lujo pensar que, aunque colaboramos con muchas otras ONG y hemos invitado a más de cien a participar en nuestras actividades, éstas no llegan como aerolitos muchas veces sólo interesados en financiarse justificando actividades en el centro. Nosotros mismos diseñamos el trabajo que queremos que haga nuestra asociación como lo que es, solo un instrumento.

Otro de los pilares de nuestro proyecto es el deporte como espacio de socialización, salud, aprendizaje y también de solidaridad. Porque no podemos olvidar que los y las peques del mundo tienen también derecho a divertirse. Para ello, contamos con la filosofía deportiva del club de baloncesto Estudiantes, con su Fundación, con la que tanto y tan a gusto hemos trabajado (por ejemplo, con la exposición “Mira más allá, mira hacia dentro”) y con su genial afición, la Demencia, que es parte de nuestra familia solidaria. Por algo nuestro presidente de honor es Nacho Azofra.

Foto. Juan José Gómez Molina.Y desde el deporte, otro de nuestros proyectos más queridos es “Palestina: rompemos muros, construimos puentes”. Tras haber visitado esta tierra sufriente en 2006, volvimos en julio 2010 ya con Estudiantes y con la selección Sub21 y de la mano del Consejo Superior de Deportes de España, para formalizar el establecimiento de relaciones deportivas entre España y Palestina. En octubre de 2010 nos visitó la selección femenina palestina. Emocionante.
Cualquiera que nos conozca me diría que no me olvide de la Fiesta/premio/cena/baile anual de Acercándonos. No sólo porque las personas conocidas pueden ser referencias positivas, sino porque además se lo merecen. A Nacho Azofra, a Gomaespuma, a Pedro Guerra, a Marguerite Barankitse/Mary Salas, a las instituciones de la Colina de los Chopos, a Chema Caballero, a Aminattou Haydar y Luis Leante… Y la solidaridad es fiesta.

Pero el premio mayor nos lo llevamos cada día que escuchamos “podíamos hacer…” “¡qué interesante es lo que está contando mi compañero!”, “quiero dedicarme a esto de mayor”, etc. Y por eso nos encanta que, igual que hemos hecho con otros, los centros que lo deseen se motiven con lo que hacemos.

En un momento en que se cuestiona la profesionalidad del profesorado y vemos peligrar el futuro de la escuela pública, este relato quiere homenajear a los millones de procesos educativos que, a través de la historia y a lo ancho de este mundo, nos demuestran que la educación es una magia que se desvela con perseverancia y que es capaz de transformar nuestras vidas. La complicidad en el trabajo cotidiano, la creatividad, el abrir los ojos a la crítica y el corazón a la empatía, dotar de instrumentos de pensamiento y acción, construir alternativas… La escuela pública en general como espacio de encuentro de distintos sexos, edades, culturas, religiones y estratos sociales es un mundo en pequeño que nos encanta y que soñamos con que sirva de grano de arena que conforme la playa de la utopía con la que soñamos.

Para más información:

http://acercandonos-ramirodemaeztu.com/
http://ramirosinfronteras.blogspot.com/

1 comentario en «El valor de los valores y la escuela»

  1. El valor de los valores y la escuela
    Gracias Pilar, por este gran artículo,tus iniciativas, tus proyectos y por supuesto por el gran trabajo que has realizado durante todos estos años.
    Es un orgullo haberte conocido y haber compartido contigo una parte, pequeña pero de corazón, de Acercándonos.

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