Colombia: de la independencia a la emancipación

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Foto. Naciones Unidas

Concluye con Colombia esta serie sobre los bicentenarios de las independencias que se celebran en 2010 en América Latina. Colombia es fruto de las luchas llevadas a cabo desde ayer hasta hoy por indígenas, afrodescendientes esclavizados, campesinos, artesanos, estudiantes, comerciantes e industriales pequeños y medianos, obreros y demás trabajadores, con los marginados y desempleados de ahora, quienes en el curso de cinco siglos, con sus búsquedas de sustento y libertad, han transformado el territorio.

Muchos de los propósitos que impregnaron la batalla de dicho país por independizarse de España quedaron truncados y pendientes de concreción, más allá de un gorro frigio en el escudo. Entonces, nuevas formas de dominio extranjero produjeron otras y actuales formas de dependencia. Por ejemplo, en 1809 el continente abrió su puerta al ciclo de los alzamientos de criollos, mantuanos, contra el dominio de España.

Memoria para el presente

Dos siglos después, los pueblos que componen el crisol colombiano se miran en el espejo de la historia para procesar sus luchas y proyectar nuevos desafíos. Estos procesos convocan a la memoria histórica. Hoy, desde los generadores actuales de movilización y organización social, es posible afirmar que esta conmemoración, como todo acto de memoria, es un problema del presente. Un momento para analizar las manipulaciones que, en doscientos años de independencia, se han dado por parte de quienes ostentan el poder.
Tal y como afirmó recientemente el escritor Libardo García Gallego, “son innumerables los interrogantes que nos hacemos los colombianos en medio de la guerra interminable y de la corrupción, la pobreza y la miseria generalizadas, a los cuales debería encontrarles respuestas de fondo el sector acaparador de las riquezas”.

Foto. Luz A. Villa

El narcotráfico, la falta de libertad de conciencia y de expresión, el conflicto con las FARC, el auge de la violencia y los secuestros, las tensiones políticas, las dificultades para encontrar caminos hacia el desarrollo ecológicamente sostenible… Cuestiones que inquietan a la población colombiana y que la ponen en el punto de mira de la actualidad mundial, “pero jamás se escuchan respuestas concretas, únicamente especulaciones y evasivas que reflejan desde arriba la carencia de voluntad política y desde abajo la profunda ignorancia popular”, reclamó García Gallego en un escrito publicado por Adital.

Ampliar la democracia

El reto, también para acabar con la violencia y la pobreza, es ampliar los espacios democráticos. Tal y como afirmó la líder política Clara López Obregón, del Polo Democrático Alternativo (PDA), se ha demostrado “que haciendo uso de las armas de la democracia se puede acceder a espacios de poder así sea con grandes dificultades”. Más allá de la guerrilla de las FARC, “la culpa proviene de un déficit real de democracia, de tolerancia desde las mismas instancias oficiales”».

El Estado, el poder, debe asumir sus responsabilidades esenciales, insistió la que fue candidata a vicepresidenta en las elecciones que se celebraron el pasado mayo . «La para-política es la peor vivencia de este país». Con realidades tremendas como la de los «falsos positivos o desapariciones forzadas».

Así, en el bicentenario de su independencia, el pueblo colombiano se plantea el reto de construir una sociedad incluyente de verdad, con vocación de justicia. Una nación amante de la soberanía, al tiempo que de la integración regional, que permita proyectar sus capacidades y riquezas ante el continente y el mundo.

Autoría

  • Alandar

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