Sin precedentes en la pastoral de los centros católicos

JP.jpgLas Jornadas de pastoral de las Escuelas Católicas ya son un “clásico” dentro de la vida educativa y pastoral en nuestro país. La fidelidad de los educadores/as a tales propuestas pastorales es proverbial. Hoy entrevistamos a José Antonio Solórzano, director del Departamento de Pastoral Educativa de Escuelas católicas, cántabro y dominico, que lleva 10 años al frente de la organización y diseño de dichas jornadas. Toda el mundo le llama Solo, desde que estudió con los escolapios hace ya unos cuantos años.

Pregunta. He participado en las Jornadas de Pastoral de FERE-CECA-EyG (Escuelas Católicas) como ponente de una de las seis conferencias. Nunca esperaba una respuesta tan numerosa, ¿a qué crees que se debe?

Respuesta. Primero te diré que ya son 18 años consecutivos de jornadas. Comenzaron en 1991 en Madrid, al año siguiente se apuntó otra autonomía y así hasta 10 sedes autonómicas. La última ha sido Cataluña. Además de estas Jornadas “grandes” hay otras más pequeñas, que llamamos “jornadas autonómicas de pastoral”, con 5 autonomías uniprovinciales. Yo tampoco sé muy bien a qué se debe el “éxito” de las JPs de Escuelas Católicas; quizá sea a su formato ágil, quizá al interés de los temas, quizás a la calidad de los ponentes; quizá el interés de los educadores/as y lo receptivos y buenos que son… Siempre hay un cúmulo de “causalidades” que hacen que determinadas fórmulas funcionen.

P. Numéricamente son significativas, sin duda. ¿Te cuesta “mantener” el número…?

R. Sí, llama la atención. Más que el número -que siempre importa- es la intensidad y la fidelidad de la presencia. A las JP “grandes” asisten unos 6500 educadores/as, y a las “pequeñas” (JAP) unos 1200. Cada año oscila..

P. ¿Hay una fórmula del “éxito JP”…?

R. Creo que está en la conjunción de los temas. No son sólo de carácter religioso-pastoral, sino que confluyen temas bíblicos, sociológicos, pedagógicos, culturales y siempre con una prospectiva de futuro. Siempre apuntando hacia el futuro. Nada de añoranzas y viejas fórmulas desgastadas, sino aportando año a año, gota a gota, algo nuevo. Y por supuesto, siempre le añadimos la guinda del humor, sin humor no se puede hacer pastoral educativa ni nada serio en el mundo. De los serios y sentenciosos no nos fiamos. ¡Qué le vamos a hacer! es un defecto-éxito de las JPs. Siempre hay un cuenta-cuentos, un mago, un cantante, unos actores, unos payasos al final, porque se trata de reír, de salir de las JP con buen humor para seguir trabajando en la pastoral de los centros con alegría y actitud positiva.

P. ¿Hay conclusiones cada año que finalizáis las JPs…?

R. No, nunca. Nada de conclusiones; en todo caso “clawnclusiones”. Siempre digo que las JP no son un “congreso” de pastoral, sino un encuentro grato de amigos educadores que valoran la fidelidad, un encuentro de nuevas caras, de ganas de sentirnos juntos para darnos cuenta de que somos muchos los educadores/as que trabajamos en pastoral educativa y no islitas aisladas en cada centro, como si fuesen seres extraños frente al resto del profesorado. Yo las llamo “el circo FERE” que cada año aporta visiones nuevas, impulsos entusiastas, humor y dicha y ganas de seguir educando humana y cristianamente. Y en un “circo” hay de todo: seriedad, propuestas, buena organización, regalos, sorpresas, contenidos prácticos, esperanza, ilusión, humor. Cada año se produce el “más difícil todavía”. Todo lo que allí se expone se recoge en un libro de ponencias y después cada asistente recibe el suyo, cada centro hace lo que más le place sobre tal o cual tema: lo releen, lo ponen en común con los que no fueron, les sirve de recuerdo de lo escuchado… en fin. La vida pastoral nunca tiene conclusiones, siempre está iniciándose. Cada curso escolar inicia su andadura, por eso el fin quizá no sea otro que el nunca llegar. Lo que importa es el camino… por eso alandar hacemos pastoral educativa.

P. ¿Cómo es la asistencia masculina…?

R. Estamos pensando hacer las próximas jornadas en un estadio de fútbol a ver si… por equivocación algunos más asisten. Ya sabes que los hombres y más los directivos de los centros lo saben todo… o eso creen. Pero hay muchos educadores jóvenes que están asistiendo con verdadero interés. Se nota cada año el relevo de profesores/as jóvenes que trabajan en la pastoral educativa y que, por ahora, tienen más entusiasmo (o eso parece) que los ya curtidos/as, máxime si son directivos/as. Las mujeres siempre responden mejor. Creen más en Dios, en el evangelio, en la educación… y eso se nota. No es que los hombres no crean, pero son más remisos a renovar su fe y sus actitudes pastorales… El panorama en 10 años ha cambiado mucho. Yo, que observo bastante, compruebo cómo el patio de butacas de las JPs se ha rejuvenecido notablemente y eso es un signo de esperanza. Hay más fe y más creyentes de los que a simple vista parece, al menos en el ámbito educativo. No soy nada pesimista respecto a la fe de las nuevas generaciones de educadores/as. Eso sí, necesitan un poco más de formación bíblica, algo más de sacramentos, un poquitín más de moral (no mucha), de liturgia… pero poco a poco van haciendo cursos y encuentros formativos y eso se nota. Escuelas Católicas está haciendo un enorme esfuerzo por la formación cristiana del profesorado. Es la mejor manera, por no decir la única, de mantener la identidad cristiana de nuestros centros.

P. Y esta fórmula, ¿vale para otros lugares?

R. Sin duda, sí. Estuvo con nosotros en Granada Etienne Verhack, el Secretario general de las Escuelas Católicas europeas. Intrigado por nuestro “éxito” (no queremos morir de éxito, queremos vivir de milagro) quiso conocer de cerca cómo eran unas Jornadas de Pastoral. Marchó entusiasmado y con el propósito de hacer una propuesta a algunos países europeos: Francia, Bélgica, Alemania, Polonia, para que hagan algo similar dentro de la educación católica europea. Item más, que se dice, hace una semana, nuestros vecinos portugueses, además de unos cursos que ya tuvimos en Mallorca y que quieren que los repitamos en Coimbra para 250 educadores, quieren que vaya a explicarles cómo montar unas JP en Portugal y comenzar la andadura allí. En fin verás que lo de “alandar” va tomando forma dentro de la pastoral educativa, yendo más allá de lo meramente celebrativo o de las clases de religión. Hay otros muchos caminos transitables… Bonum est difusibum sui, que decían los clásicos: El bien se difunde por sí mismo…

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