El verano, las vacaciones, son siempre un periodo propicio para poner los pies en la tierra. La posibilidad de tener más tiempo libre nos permite leer, informarnos, dedicar tiempo a profundizar en temas que durante el año se nos quedan en titulares… Pero, además, el tiempo estival es una oportunidad para poner los pies en la tierra de manera literal, para pisar el terreno de los países empobrecidos del sur o de aquellos lugares de nuestro propio país en donde acampa la pobreza.
Estas experiencias de campo de trabajo, voluntariado o turismo solidario –“turismo de pobreza”, como se le ha dado en llamar recientemente–, son “‘ventanas a la realidad en la que vive medio mundo y que a menudo tiene muy poco que ver con los entornos más turísticos”, tal y como lo describía recientemente Gonzalo Fanjul en su blog 3.500 Millones (http://blogs.elpais.com/3500-millones/2012/03/turismo-de-pobreza-educacion-o-voyeurismo.html).
Para Fanjul, cualquier persona responsable que quiera realizar un viaje en esta línea “tiene hoy a su alcance la información y la infraestructura que necesita para planificar un ‘turismo de pobreza’ que le ayude a entender mejor el mundo en el que vive”. Y continúa el bloguero, “no hay nada insultante en acercarse con respeto a unas comunidades que, a partir de ese momento, podrían jugar en nuestras vidas un papel mucho más relevante del que han tenido hasta ahora”.
Efectivamente, se trata de experiencias que tienen quien las defiende y también a gente en contra pero que, bien encauzadas y preparadas, hacen posible “pisar brevemente un terreno que hasta ahora uno solo había visto en los folletos de su ONG” y sin duda pueden “ayudar a desmontar algunos mitos sobre estos lugares”, conocer la realidad de estos países al margen de los resorts y los hoteles de lujo que existen en algunos de ellos.
Formación y respeto
Formación previa e información amplia son los dos elementos clave que hay que buscar a la hora de elegir una organización o agencia de viajes que ofrezca este tipo de viajes. Es importante también intentar asegurarse de que el plan de viaje beneficie de alguna manera a la población local, respetando además en todo momento la dignidad de sus habitantes, así como el medio ambiente.
Ese respeto a las personas con las que se va a convivir, protagonistas de su propio desarrollo, es fundamental para evitar comportamientos asistencialistas. No se va allí a salvar el mundo, ni a cambiar su situación. Cuando alguien se embarca en un viaje así, en realidad y aunque suene a tópico, lo que cambia es su mentalidad y las estructuras que generan pobreza en nuestras propias sociedades.
Dónde y con quién
Las alternativas para realizar este tipo de viajes son muy numerosas. Varias ONG –Setem, SED, Entreculturas, Solidaridad Internacional o Sodepaz, por mencionar algunas–, ofrecen la posibilidad de integrarse durante periodos de uno o dos meses para realizar voluntariado en los países donde cuentan con proyectos de cooperación al desarrollo. También lo hacen así algunas congregaciones religiosas como las Oblatas o las religiosas de Jesús-María.
Para quienes no cuentan con un periodo tan largo, pero quieren acercarse de esta manera a los países del sur, hay organizaciones especializadas en el tema. Es el caso de la asociación Cooperatour, que ofrece alternativas con mayor flexibilidad, a partir de una semana y durante todo el año, no solo en verano. En solitario, en pareja o en grupo, esta organización brinda la oportunidad de integrarse para realizar labores puntuales de voluntariado en proyectos educativos, medioambientales o sanitarios liderados por ONG locales en Asia y Latinoamérica.
Todos los proyectos que ofrece Cooperatour son visitados previamente por un equipo de la entidad, que prepara el voluntariado y las estancias junto con las contrapartes locales. Asimismo, antes del viaje las personas que van a participar reciben la formación –online o presencial– imprescindible para que la estancia sea un verdadero acercamiento a las comunidades que visitarán, a la realidad de los países empobrecidos del sur.
Son detalles y actitudes que marcarán la diferencia, que posibilitarán que no se caiga en el voyeurismo y el paternalismo sino que el viaje permita un verdadero aprendizaje y poner, ahora sí, los pies en la tierra.
Para más información: www.cooperatour.org
Más alternativas en: www.canalsolidario.org
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