La otra economía posible, puesta en práctica

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Ilustración Iván Solbes.Cuando este número de junio llegue en papel a las manos de los lectores y lectoras de alandar ya habrá pasado la I Feria de la Economía Solidaria, que se celebrará el 1 y 2 de junio en Matadero Madrid. Se trata de la primera edición de un evento que quiere convertirse en espacio aglutinador y de referencia para las empresas y entidades que se sienten parte del movimiento de Economía Solidaria en Madrid.

Pero, ¿qué es eso de la economía solidaria? Una economía que esté al servicio de las personas, el medio ambiente y el desarrollo sostenible y sustentable, como referencia prioritaria, por encima de otros intereses. El sector más obvio en el que se nos ocurre que puede desarrollarse este tipo de empresas es la agricultura ecológica o los llamados “negocios verdes”, pero también hay empresas de economía solidaria que se dedican a la comunicación, al software, a la consultoría de género, a las finanzas éticas, imprentas, librerías… En realidad, lo que importa no es el “qué” hacen sino el “cómo” lo hacen.

Rasgos de identidad

Para definir esa manera de hacer que caracteriza a este tipo de empresas, las organizaciones miembro de REAS (Red de Redes de economía alternativa y solidaria) han elaborado una Carta de principios de la economía solidaria que marca los ejes y valores que deben guiar a las empresas que quieran enmarcarse en esta corriente.

Uno de los ejes transversales para estas iniciativas es el desarrollo de las personas en todas sus dimensiones y capacidades: físicas, psíquicas, espirituales, estéticas, artísticas, sensibles, relacionales… En armonía con la naturaleza, por encima de cualquier crecimiento desequilibrado. En este mismo sentido promueven la solidaridad humana y económica como principio de nuestras relaciones locales, nacionales e internacionales.

Foto. Fora do EixoOtro de sus ejes es la autonomía como principio de libertad y ejercicio de la corresponsabilidad. Además, comparten la autogestión como metodología que respeta, implica, educa, iguala las oportunidades y posibilita el empoderamiento. Junto a ello, promueven una cultura liberadora como base del pensamiento creativo, científico y alternativo. Una forma de pensar que sirva para investigar y encontrar nuevas formas de convivir, producir, disfrutar, consumir y organizar la política y la economía al servicio de todas las personas.

Una de las iniciativas más novedosas que ha puesto en marcha este movimiento es el Mercado de Economía Social (MES), una red estable de intercambio de bienes y servicios que aglutina a empresas solidarias y a consumidoras y consumidores responsables, además de personas que ahorran o que realizan inversiones éticas. Fruto de ese mercado surge la I Feria de la Economía Solidaria de la que hablábamos al inicio, que quiere servir para dar a conocer esta manera de concebir el negocio –o “no-negocio”– al público general.

Una economía que pone a las personas en el centro, con una moneda propia -el “boniato”- que sustituye al euro y que se complementa con el trueque o intercambio de productos y servicios. En suma, una forma de poner en práctica esa frase tantas veces repetida de que “otra economía es posible”. Lo es y no solo en lo macroeconómico, en las grandes finanzas y las grandes sumas. Es posible el cambio de paradigma también en la economía del día a día, de cada uno de nuestros hogares o empresas.

Muchas personas, como seguro habrá podido verse en la feria madrileña, ya están en ello. Entre ellas nuestra compañera Mª Luisa Toribio que, junto con su socia en Punto&Coma, participarán en la feria, tal y como ella misma cuenta en su blog: «Un viaje hacia el activismo».

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