La idea, en inglés, se llama “Walk to school Day”, llega de los Estados Unidos y está contaminando muchos países. Se trata de ir al cole andando, escuelas enteras. El objetivo es múltiple: usar menos el coche (que a menudo se usa innecesariamente para distancias cortas), contribuir a bajar la contaminación, enseñar a nuestros hijos que es posible poner un granito de arena en la mejora del entorno, favorecer la socialización en el trayecto al colegio…
Suele hacerse en octubre. Los profesores se coordinan con el ayuntamiento para la fecha y los recorridos. Se suelen dar una cita en un lugar no demasiado lejano del colegio para hacer el trayecto juntos. Al final se reúnen todos los alumnos en el patio para agradecer a los participantes (la participación es libre) “el aire limpio que han regalado a la ciudad) por venir andando.
En algunos colegios, para que la cosa no quede en un día, han nacido los Piebus. Se hace un sondeo entre los alumnos para descubrir los que estarían dispuestos a ir y venir regularmente a clase andando, si acompañados. Con las respuestas de las encuestas se organizan las “rutas”: el caracol, la tortuga, la luciérnaga… que salen de distintos sitios, hacen recorridos separados y tantas paradas como necesario. En cada parada recogen a los alumnos que se apuntan. Éstos entregan al “controlador” su billete, y el “conductor” dice cuando se puede continuar el viaje. Una mamá o un papá acompaña al Piebus desde el principio hasta el final, y lleva una lista con los viajeros que tienen que recoger.
En una sociedad donde hay que cambiar de modelo energético, hay que mejorar la calidad de la vida, esta es una idea pequeña, creativa, digna de ser copiada y propuesta.
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