Al Andar se hace, también, economía

Por Carlos Ballesteros @revolucionde7a9

Ilustración Pepe StudioJa

Cuando se empezó a hablar de este número de cierre de Alandar (versión impresa) me propuse escribir en él un artículo sobre la aparición y evolución de las propuestas económicas alternativas que se han ido fraguando y concretando durante sus más de 35 años de andadura, muchas de las cuales han tenido como protagonistas a lectores y colaboradores de esta nuestra revista. Véase pues este artículo como una reivindicación y un homenaje a la contribución de tantos y tantas alandariegas en la construcción de una economía más social, más fraterna, más humana y más ecológica.

Alandar nació en medio de una crisis y se despide, al menos en esta versión en papel, en pleno tsunami económico causado por una pandemia y sin habernos recuperado de la última recesión económica. Es cierto que en estos 37 años también ha habido períodos de bonanza y vacas gordas, de alegrías y avances, pero en general los años de vida de Alandar no han sido muy boyantes en lo que se refiere a la economía española (ni mundial). Las cifras y datos de PIB, paro o inflación siempre debemos leerlas con rostro humano y ser conscientes de que las crisis no afectan a todas las personas ni estratos por igual, haciendo sufrir más gravemente sus consecuencias a aquellos que desde los inicios de este periódico son su razón de ser: “los hermanas y hermanos más desfavorecidos, los excluidos del sistema feroz”. Como decía un reciente informe de OXFAM Intermon (2019) esta nuestra economía es una economía construida solo por y para el 1% de la población mundial.

Crisis del petróleo

Pocos años antes del nacimiento de Alandar se tuvieron que firmar unos pactos, los Pactos de la Moncloa en 1977 para tratar de salvar las secuelas de la crisis del petróleo mundial de 1973 que a nosotros nos llegó con retraso pero con fuerza, pues coincidieron la elevación de precios del petróleo y las materias primas de las que éramos fuertemente dependientes, la sustitución del régimen político que retrasó la adopción de medidas contra la crisis y la existencia de fuertes rigideces estructurales provocadas por la insuficiente liberalización. Cuando todo parecía encarrilarse llegó la 2ª crisis del petróleo 1979-1980 y subió al poder un gobierno socialista, en 1982, que debe enfrentarse a esa recesión y crisis y tomar medidas quirúrgicas muy dolorosas y de alguna manera contradictorias con su ideario (la famosa reconversión industrial, por ejemplo). En 1985, con Alandar recién nacido, España entra en la Comunidad Económica Europea y pudimos disfrutar de los fondos estructurales, de ayudas europeas y de la apertura de las exportaciones hacia unos países que ahora eran nuestros socios. Así vivimos años de bonanza y crecimiento, alegría y desenfreno y de retorno al crecimiento basado en la fuerte inversión externa, el comercio internacional y unas políticas públicas restrictivas con el gasto social (como digo, a pesar del gobierno socialista de entonces). En esa época los yuppies, encarnados en un joven banquero apuesto, exitoso, rico y simpático de nombre Mario Conde son el ejemplo a seguir.

También por aquellas fechas algunas personas, muchas de ellas alandariegas y nada yuppies, comenzaron a reivindicar en una acampada, en huelga de hambre, en movilizaciones… que ya que éramos ricos podíamos contribuir con el 0.7% de nuestra riqueza al desarrollo de países que no lo eran. En 1986 una cooperativa, la cooperativa Sandino (hoy renombrada IDEAS) abrió sus primeras dos tiendas de Comercio Justo. Actualmente el Comercio Justo en España mueve 138 millones de Euros y es conocido no solo por los círculos tradicionales (iglesia de base, ONG de desarrollo, movimientos sociales) sino que está presente en otros ámbitos algo más generales e incluso se ha hecho presente en la legislación: en 2007 el Comercio Justo aparece por primera vez mencionado como uno de los criterios a seguir dentro de la Ley de Contratos del Sector Público.

El “milagro” español

En 1992 se celebraron en España, casi simultáneamente, dos acontecimientos de interés económico, sobre todo: unas Olimpiadas (en Barcelona) y una Exposición Universal (en Sevilla) que hicieron que las obras públicas en infraestructura (el AVE Madrid Sevilla sin ir más lejos) y un sinfín de negocios abrieran… y cerraran cuando los visitantes se marcharon. Una nueva crisis debida además a la exigencia de cumplir con los estrictos criterios de Maastrich que nos harían converger hacia la Eurozona nos hizo apretarnos una vez más el cinturón. Luego nos recuperamos y de 1995 a 2007 vivimos una época de crecimiento fuerte y prolongado, con una media del 3,5% anual que hizo que florecieran industrias de gran potencial especulativo como la economía del ladrillo y estuvimos hipotecados hasta las cejas, pues los tipos de interés lo permitían y los bancos prestaban muy alegremente el dinero que tenían y el que no tenían. Entramos en el Euro y nos acostumbramos a que todo costara 1,16% más. Y también contribuyó a esta bonanza económica que éramos amigos de los que hacían la guerra en Irak (recuérdese el Trío de las Azores) y que ya se sabe que una guerra es buena para la economía si no estás del lado donde caen las bombas sino del lado que las tira. Las cosas iban tan bien que llegamos casi casi a ser la séptima economía más grande del mundo y ser aceptados en el club de los que mandan. Pero el dinero es lo que tiene: cuando lo tienes todos te dan palmaditas en los hombros y quieren ser tu amigo, cuando se descubre que no lo tienes, te dan la espalda, te retiran el saludo y hasta te ponen un mote. A raíz de la crisis financiera de 2008 y sus secuelas España ingresa en el club de los PIGS (en inglés pig= cerdo, pero además es un acrónimo que se usó para denominar a los países de la Eurozona (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) que sufrieron con gran severidad la crisis de la deuda soberana de 2011.

Llega la banca ética

Ilustración Pepe StudioJa

En 2004 abre la primera sucursal de Triodos Bank en España, y en 2013 FIARE se constituye formalmente en España, como la 5ª área geográfica de la Banca Ética italiana. Dos grandes hitos en la historia de la banca en España que tienen a muchos de los y las alandarieg@s detrás. El uso coherente y consciente del dinero alineado con los valores, creencias y anhelos de justicia venia de años atrás, con la configuración de numerosos grupos muchos de ellos inspirados a iniciativa de comunidades cristianas de base, congregaciones religiosas (sobre todo femeninas), algunas Cáritas diocesanas, parroquias comprometidas, etc. que hacían un uso consciente y fraterno del dinero conformando así un estupendo caldo de cultivo para la institucionalización de la Banca ética.

Volviendo al relato histórico, parece que a partir de 2015 las cosas empezaban a ir mejor… Y durante estos últimos años lo cierto es que la economia social y solidaria ha experimentado un auge espectacular, no exento de riesgos ni contradicciones. La Agenda 2030 de la ONU con sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible; la aparición de emprendimientos sociales y empresas con impacto; el ímpetu de la economia feminista; el desarrollo de un cierto corpus de pensamiento económico contrario, crítico o al menos alternativo al ortodoxo, etc. son hitos recientes que nos hacen tener esperanza y de los que Alandar, de una manera u otra, ha aportado un granito de arena. Y entonces llegó el funesto bisiesto 2020 con su COVID-19 a cuestas y nos cambió las preguntas, las respuestas, lo que conocíamos, lo que no… Y la pandemia cerró comercios y negocios, mandó al paro a los de siempre y, por vislumbrar algo bueno si es que lo tiene, hizo visible a la economía de los cuidados, a la economía que sostiene la vida y que hasta ahora era invisible.

Una última curiosidad con la que me quiero despedir, no por anecdótica menos importante. En la historia de los Premios Nobel de Economía (51 a fecha de hoy) solo hay dos concedidos a una mujer. El de 2009 (Elinor OStröm) y el de 2019 (Esther Dufflo). Una hablaba de los Bienes Comunes y la otra de la Pobreza Global. Las dos, estoy seguro, habrían escrito con gusto en Alandar en el caso de que hubiera habido esa posibilidad.

Autoría

  • Carlos Ballesteros

    Nací en Madrid, cosecha del 69. Fui a la Universidad donde me licencié en eso que llaman la Ciencia de la Casa (Ekos-Nomia) eso sí, rama empresarial. Luego de mi paso por el movimiento asociativo juvenil, colaboré, con otros cuantos, en la fundación del restaurante de comercio justo Subiendo al Sur, fui secretario de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, fundé el Grupo de Apoyo a Proyectos de Economía al Servicio de las Personas, fui patrono de la fundación educativa FUHEM. Mi aventura actual es ayudar a crecer junto a/con Marta dos proyectos: Martín, dos años y siete meses cuando escribo esto y Miguel (9 meses). Pero no nos quedamos sólo en ello. Viajamos por el mundo; hemos creado Amigos de Nyumbani, una ONG de apoyo a un proyecto de niños con VIH en Kenya; participamos en otra ONG de nombre el Casal; vivimos en la sierra de Madrid, en un pequeño pueblo a los pies de La Pedriza en el que tratamos de apoyar y dinamizar su inexistente vida cultural a través de una asociación.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *