Hadas indignadas

Foto. Charo Mármol.Era una tarde fría. No llovía pero el frío me invitaba a quedarme en casa, en mi mecedora, con mi mantita y el libro de Lola López Mondéjar, que estaba a punto de terminar. Pero la llamada de las hadas fue más fuerte que mi tendencia a la inmovilidad y me puse en camino. Esa tarde había un encuentro de hadas y, además, indignadas. Pintaba bien.

Me dirigí a un local histórico en Madrid por sus encuentros libertarios, Libertad 8, en el barrio de Chueca. Al llegar, bastante antes de la hora convocada, apenas cabía un alma en el local. Estaba a tope. Pregunté si estaban esperando a las hadas y me dijeron que no. Aquellos jóvenes, hombres y mujeres, estaban recibiendo una clase de filosofía. Entonces pensé que ya había empezado la magia: una clase de filosofía en un lugar de copas, en una tarde de tiritera, con un montón de jóvenes, ellas y ellos, de esos que algunos piensan que solo son capaces de organizar “el botellón”… el cuento había empezado.

Pero lo cierto es que no era cuento sino una hermosa realidad. Empecé e ver pegatinas en el pecho de los asistentes: “La complu en la calle” .Y así me di cuenta de que, sin quererlo, había caído en uno de los 102 puntos de encuentro de Madrid, donde 129 docentes de la Universidad Complutense estaban dando 102 horas entre clases y talleres. Habían sacado la universidad a la calle reclamando una universidad para todos y en contra de los recortes que, desde el Ministerio de Educación, se están haciendo. Fue reconfortante ver a tantas personas responder a esta llamada y con la seriedad que estaban siguiendo las clases. Después he podido ver fotos de las que se impartieron en Sol y era una repetición de lo mismo que yo vi en Libertad 8 pero con mucha más gente. Un milagro de las hadas (y eso que aún no habían llegado).

Se acabó la filosofía y llegó la poesía. Y, ahora sí, llegaron ellas. Venían capitaneadas por Amelia Díaz Benlliure. Esta hada estaba tan indignada con los bancos que decidió sacar sus ahorros (dice que no eran muchos, pero eran los que tenía) y los llevó a otro lugar para que dieran más intereses. Los invirtió en el banco de la cultura. Y en este tiempo en el que todo se cierra, ella decidió abrir una editorial -Urania- y apostó por las mujeres, los niños y la poesía. Tres elementos que, juntos, los poderes fácticos de nuestra sociedad no dan un duro por ellos porque no les dan ningún valor. Pero ella sí apostó. A los niños y niñas: literatura infantil. Y en esto tiempos de individualismo atroz, de sálvese quien pueda, a las mujeres, poetas, les propone un libro colectivo IndignHadas. “Son mujeres fuertes, bellas, inteligentes, con edades atemporales -siempre- jóvenes. Y están indignadas. Por eso lo susurran o lo gritan. Por eso lo escriben. Sus versos van a mover el sosiego de las hojas otoñales…” apunta en la contraportada del libro que nos presentan. Son un total de veinticinco mujeres, sensibles ante la vida, indignadas ante lo que ven: el paro, el sufrimiento de los niños en África, la pedofilia, el maltrato al inmigrante, el hambre, la marcha de los mineros, el dolor de las madres que ven a los hijos morir, el maltrato a las mujeres, la contradicciones (pequeñas, dice ella) de un Estado laico…, la vida hecha poesía, contada y cantada desde las entrañas de estas hadas que no son indiferentes a la vida cotidiana, que miran el mundo y nos devuelven su mirada hecha poesía.
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Me alegré de haber vencido mi resistencia al frío y la querencia a mi mecedora. Y, para acabar, comparto parte del poema que Silvia Cuevas escribió cuando el papa pasó por Madrid y que figura en este libro

Pequeñas contradicciones del Estado laico

Qué extraño, hace pocos días subieron el precio del metro
para una población aquejada por el paro,
y a los turistas de mochilas naranjas
les ofrecen descuentos para que les resulte más barato.

Que curioso, que en mi barrio pidan los papeles al inmigrante por sus rasgos
policías armados y otros de paisanos, y hoy son los mismos que protegen
a unos críos con banderas extranjeras entonando cánticos.

Qué extraño, que vivamos en una democracia
donde la policía reprime a palos a sus ciudadanos
mientras la iglesia ocupa la Puerta del Sol y un parque público para sus confesionarios

Autoría

  • Charo Mármol

    En 1953 en Cuba un grupo armado revolucionario liderado por Fidel Castro ataca el cuartel Moncada en Santiago de Cuba. Fue un intento fallido para derrocar al dictador. Ese mismo año en la URSS muere Stalin y, en Inglaterra, Isabel II es coronada Reina. Además nací yo. Fue en Murcia, pero enseguida me acogió la capital del Reino, Madrid. Ya madurita empecé a viajar por los países del Sur y desde entonces me considero ciudadana del mundo. Un mundo en el que me gustaría que reinase la paz, la justicia y la igualdad. Y a esto he dedicado la mayor parte de mi vida: a trabajar por el Reino de Jesús aquí y ahora.

2 comentarios en «Hadas indignadas»

  1. Hadas indignadas
    Muchas gracias por vuestro apoyo.
    Muchas gracias por entender que la poesía es, tal vez, el arma más peligrosa.
    Muchas gracias por la reseña.
    Todo este cariño nos ayuda a seguir con más fuerza cada día.

  2. Hadas indignadas
    Gracias por seguir ofreciendo páginas de esperanza en un mundo tan desesperanzado. Gracias porque artículos como éste nos impulsa a movernos de nuestras rutinas y salir al encuentro de proyectos que nunca nos dejan indiferentes. Gracias por hacernos como siempre creer en esas hadas que todo lo posibilitan. Un abrazo

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