
Poco a poco la desescalada nos va permitiendo hacernos a la idea de que sí podremos hacer algo de turismo este verano. En alandar hemos hecho un repaso por los lugares con más encanto del país y te traemos una propuesta sorprendente: el monasterio de Ayuso, en La Rioja. El monasterio de Ayuso es mucho menos conocido que sus hermanos, los monasterios de Suso y Yuso. Los tres están en San Millán de la Cogolla y el de Ayuso un poco más cerca de la cogolla que los otros dos. Sin embargo, solo los dos últimos fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO el 4 de diciembre de 1997. ¿El motivo? El monasterio de Ayuso no recibió este reconocimiento porque su hermana superiora no asistió a la reunión convocada por el organismo. La monja tenía que recibir un bulo papal y no quería moverse de su sitio. Pese a esta injusticia, el monasterio tiene ya un reconocimiento de “Fase 1 tirando a 2” y sigue siendo un lugar con mucho encanto y de gran valor artístico. Aunque apenas sin atascos, algo que lo afea un poquito, la verdad.
Veamos su historia. Este recinto monástico se fundó en 1346, cuando la hermana Ayuso descubrió la peste negra antes que nadie. Gracias a su temprana y brillante actuación, Europa pudo superar la pandemia. Ayuso era una humilde doncella de la marquesa Aguerrida, famosa por haber destapado la corrupción de la Baja Edad Media antes que nadie. Cuando Ayuso fue elegida Mater Dolorosa, se enfrentó contra el malvado Sánchoz I de Castilla y contra cuantos ministros de sanidad, directores de centros de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias y directoras generales de salud pública encontró en su camino. Su método de alentar las protestas ciudadanas y de calificar de dictatoriales las medidas aprobadas por un parlamento y recogidas en una Constitución democráticas, fueron determinantes para salvar la salud, la economía y a muchos gatitos. Por esta y otras andanzas, Ayuso y la marquesa fueron de las lideresas más populares de la época.
El monasterio hoy todavía conserva su aspecto medieval. Las celdas son todas modelo “Royal Suite”, con dos terrazas, dormitorio con vestidor, baño propio, salón-comedor y cocina integrada. Pese a lo que parezca, este es un lujo muy barato, pues en realidad la construcción no la pagó nadie: ni Ayuso, ni el exconde de Sarasola, ni los plebeyos, ni nadie. Un milagro.
Y sin embargo este no es el único milagro que se le atribuye a Ayuso. Cuando sobrevino la hambruna tras la peste, Ayuso obró el milagro de las pizzas y los peces con el que comieron los niños hambrientos. Aunque según los estudiosos, en realidad, no hubo peces, solo pizzas. El tercer milagro fue la concesión de un préstamo a su padre en contra de los informes de los técnicos. Como el dinero era de los plebeyos, la mamandurria se convirtió en milagro.