Comenzamos, junto con el año, una sección-testimonio nueva. Joseba Bakaikoa nos va a ir contando sus experiencias en el Hospital de Santa Marina, pero… quién es Joseba. El mismo se presenta. Sus testimonios estarán ilustrados por Saúl Jiménez Domínguez, un jovencísimo, de tan sólo 18 años, colaborador de alandar.
Me llamo Joseba Bakaikoa Escala. Nací en Pamplona el 22-1-1951. Tengo pues 57 años. Tras terminar los estudios de Profesorado Mercantil, entré en la comunidad de los Hermanos Capuchinos de Pamplona, a mis 23 años. Fui ordenado sacerdote por José María Setién a mis 29 años y en estos 28 años de sacerdocio he estado destinado en las comunidades de Altsasu (Nafarroa), Errenteria (Gipuzkoa) y especialmente en Otxarkoaga (Bilbao), donde ya llevo 23 años.
Mi misión la desarrollo como miembro del equipo ministerial en la Unidad Pastoral de Otxarkoaga-Txurdinaga y desde hace dos años, en el equipo de pastoral del Hospital de Santa Marina, situado en pleno monte en las afueras de Bilbao. Ahí es donde voy viviendo una profunda experiencia humana y por lo tanto creyente, cuya expresión más entrañable la voy desgranando en estas vivencias.
Subida al hospital
Subo al hospital en bici. Plato pequeño, piñón grande. Los 1800 primeros metros me cuestan 15 minutos. ¡Cuesta! Los 1350 metros siguientes, los hago en 7 minutos. Esta vez, al ser la resistencia de la pendiente más leve, el plato es el mediano. Al final, los 670 metros finales, pendiente final en bajada, plato grande y piñón pequeño, los hago en dos minutos. ¡24 minutos para 3820 metros! ¿A dónde voy así? ¡Al hospital!
Llego sudoroso. ¡Me sobran muchos kilos! Al llegar me puedo encontrar en recepción con Miguel, Modesta, Inda, Salva, Ainhoa, Mari, Myriam o Ana. Todos son personas entrañables. Gente de buena pasta, que me reciben siempre de buenas maneras y a veces, con mucho cariño.
Recibo de ellos la lista de las personas internas en el Hospital y subo a la sacristía –mi despacho-. Allí pongo en orden el estadillo de las personas internas en el hospital y tras una media hora de trabajo, estoy dispuesto a recorrer las diversas plantas del hospital.
¡Es un reto y un gozo profundo el que siento cada vez que me dispongo a comenzar mi misión!
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