Querida B.,

pag10_luzenlaenfermedad.jpgTe conocí hace diez años en una planta psicogeriátrica de un gran centro gerontológico, tú no tenías edad para estar allí pero sí encajabas porque sufrías la enfermedad de Alzheimer. Eras culta, cinco idiomas (hablabas hasta esperanto), secretaria de un alto personaje político, socia de la temporada de ópera, eras muy entendida en música y, sobre todo, pertenecías a una familia importantíiiiisima de profesionales de mi ciudad.

Cuando yo te vi por primera vez me llamaste la atención por tu forma de mirar a todo el mundo de forma prepotente, todavía conservabas esa pose distante. Allí estabas tú, de tu gran familia venía a visitarte un familiar, pero solo una vez al año. Ese día se dedicaba a hablar con los profesionales preguntando cuánto tiempo te quedaba, te traía ropa nueva pero nunca se dirigía a ti ni se te acercaba en el tiempo que permanecía allí: Tú la mirabas como si vieses a alguien que no conocías. Mejor, así no sufrías.

Paulatinamente se te fue olvidando hablar hasta tu propio idioma, a veces conseguías decir frases incoherentes, luego alguna palabra suelta sin sentido y después, con el paso del tiempo, emitías algún sonido ininteligible.

Cuando yo tenía turno de noche, en los ratos tranquilos, antes de acostarte, te ponía un CD de ópera y, oh sorpresa, cantabas las arias como si no se te hubiese olvidado nada. Al otro día andabas por allí pasando desapercibida. Eso sí, si alguien que no te gustaba se te acercaba le cascabas un buen empujón. Yo estoy seguro de haber conectado contigo rompiendo a veces la burbuja en la que estabas encerrada, sé que me conocías un poco y por eso no me agredías. Después de un deterioro inhumano te fuiste, qué felicidad.

Luego, tu familia tan importante sacó con tu nombre en la prensa local la esquela más grande y cara que había. Claro, eras de una gran familia. Siempre te recordaré con muchísimo cariño y cuando escuche La Traviata sonreiré pensando en ti. Ya nos veremos, un beso.

Autoría

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *