Un montón de recuerdos

Ilustración. Hiking artista.Justino, Marcelino, Pedro, Bonifacio, Norberto, Efrén, Bernabé, Antonio, Romualdo, Luis, Paulino, Juan, Pelayo, Cirilo, Ireneo, Pedro, Pablo. No es un catálogo de nombres para padres novatos. Se trata simplemente de la lista de los santos que se celebran en la liturgia del mes de junio. Y no están todos porque el último día del mes, para redondear la lista, se celebra a los santos protomártires de la Iglesia de Roma.

A una lista como esta se le pueden hacer muchos comentarios, se le puede sacar punta desde diversos aspectos. Habremos caído en la cuenta de que no hay en la lista ni una mujer. No es un detalle menor. Pero hoy vamos a verla desde otro punto de vista. Una lista como esta nos pone también en contacto con nuestras raíces en la fe, con una historia hecha de personas concretas que trataron, en la medida de sus posibilidades y luces, de ser fieles a Jesús y su Evangelio.

A veces, miramos a nuestra Iglesia y nos fijamos en el lado oscuro, en todo el montaje de documentos, jerarquías diversas, derecho canónico, organización territorial y no sé cuantas cosas más que hemos hecho a lo largo de los siglos. Y se nos olvida mirar a la otra historia, la que han hecho muchas personas concretas, de carne y hueso, como nosotros y nosotras, que han servido al Evangelio y por eso han servido a sus hermanos y hermanas, a la justicia y a la fraternidad, en sus vidas diarias, en las luchas de cada día.

Es posible que, reavivando los recuerdos de ese pasado que es nuestra historia como Iglesia, como comunidad cristiana, resurjan en nosotros y nosotras los deseos de servir al Evangelio. Los que figuran en la lista de santos de este mes de junio -y otros muchos más- centraron su vida en el Evangelio y les importó un pimiento toda la demás parafernalia que algunas personas, desgraciadamente, parecen creer que es lo más importante de la Iglesia.

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