No da igual

Estamos en mes electoral. Por segunda vez en el año aunque estas elecciones prometen ser mucho más aburridas (si cabe) que las de mayo. Desde el consejo de redacción de alandar no propusimos explícitamente ningún tema relacionado con los comicios generales para este número de noviembre. Sin embargo, en las páginas que siguen hay referencias explícitas de colaboradores y colaboradoras que, de manera espontánea, han tratado el tema en sus espacios de opinión y de humor.

Motivos para ir a votar, motivos para no ir, opciones políticas personales, partidos inventados, programas electorales utópicos… son algunas de las cosas que aparecen en las páginas interiores.
Por supuesto, en la revista –como en ocasiones anteriores– no ofrecemos una opción cerrada ni un sentido para el voto de quienes nos leen y siguen. Sin embargo, detrás de muchos de los planteamientos recogidos en este número sí que hay una pregunta que ronda, similar a un mítico lema anglosajón: WWJD (What Would Jesus Do?, ¿qué haría Jesús?). ¿A quién votaría? ¿Cuál sería su “programa electoral”?

Los derechos humanos, la opción por las personas marginadas, la no discriminación y la protección del medio natural son algunas de las respuestas evidentes que nos surgen al imaginar cómo sería ese Reino de Dios de la democracia. Intentaremos buscar, entre las papeletas disponibles el próximo 20 de noviembre, lo más cercano a esos principios.

Pero, por encima de eso, lo que sí tenemos claro es la opción por ir a votar de manera consciente e informada. Porque no da igual un candidato que otro, no da igual ir a votar que no, no da igual votar en blanco o votar nulo. Aunque parezca que la suerte está echada en el 20N, en estas primeras elecciones de la democracia que celebramos sin terrorismo –lo cual añade más celebración a la palabra “celebrar”–, nos jugamos mucho. Nos jugamos nuestras libertades, el acceso a los servicios sociales básicos, los restos que quedan del Estado de bienestar y la pluralidad democrática, por mencionar algunas de las cosas que están en la palestra. Es desde ese enfoque desde el que queremos votar.

Y después del domingo electoral nos tocará seguir luchando, seguir movilizándonos, seguir alzando la voz, seguramente con más fuerza ante las situaciones de injusticia. Porque nunca da igual.

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