Frenar la guerra, alentar la Paz

La invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas ha entrado en una nueva fase, concentrando su fuerza militar en Donbás. La ilegítima ocupación deja un rastro de torturas, asesinatos arbitrarios y matanzas como la de Bucha, donde se han encontrado fosas comunes.

(https://www.revista5w.com/especiales/guerra-en-ucrania)

Los países de la OTAN y el Gobierno de España han aumentado gradualmente el suministro de armas a Kiev, traspasando el límite anunciado al comienzo de la crisis por los gobiernos occidentales: solo se enviarían armas defensivas.

La lógica que se aplica es bélica y patriarcal. La masculinidad «exacerbada» de Putin tiene su némesis en los líderes occidentales. Y todo este ardor militarista -de quienes creen que cualquier solución a un conflicto pasa por las armas- está siendo alimentado y narrado por medios de comunicación, especialmente, en televisiones privadas generalistas y, sobre todo, en redes sociales. Es el otro “frente” en una guerra híbrida que lleva implícito un pulso por el relato: decantar el imaginario social y el apoyo de la opinión pública.

 Las imágenes estimulan, pero, paradójicamente, nos llevan a una regresión fundamental: el empobrecimiento de la capacidad de entender. Sin contextualizar, sin que nos expliquen las causas del conflicto (raíces históricas, políticas, geopolíticas o la hiperdependencia energética centroeuropea), corremos el riesgo de ser partícipes involuntarios de una teatralización total de la crudeza de la guerra y acabar anestesiados. Reducir la foto de quienes son los únicos villanos.

De manera análoga, en las primeras semanas de la invasión, las mujeres y la población infantil eran protagonistas de las instantáneas que generaron una oleada de solidaridad y algún que otro temerario voluntarismo. Las plataformas de ONGD advierten de que la buena voluntad es necesaria pero no suficiente y que la mejor manera de ayudar es canalizar las ayudas a través de organizaciones con trayectoria. Varias ONG  han alertado de que las personas refugiadas están expuestas a redes de trata. 

Como ciudadanía comprometida, debemos reforzar la ayuda humanitaria a Ucrania y aplaudir la apertura del espacio europeo a los refugiados, pero exigiendo al Gobierno y a la Unión Europea que regularicen a todas las personas que necesitan una vida mejor. Como Alandar participamos en campañas para que la justicia social se extienda a otras nacionalidades. 

 https://regularizacionya.com/ o https://esenciales.info/ 

La UE debe perseverar en las sanciones a Rusia, apoyar los mecanismos de diálogo que propician naciones con interlocución entre las dos partes, como Turquía, pero también contribuir a apaciguar y rebajar la escalada. Debe alentar la seguridad compartida como forma de desinflar los nubarrones de la amenaza nuclear. La guerra, fría o caliente, nos conduce a un mundo más inseguro y peligroso para la humanidad.

Como cristianos, apelamos a la Paz como única manera de oponerse a esta guerra injusta e inhumana que tanto sufrimiento y desolación está causando

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