Argentina: 2018, una película con viejas novedades

Años atrás los curas de Argentina en Opción por los Pobres plantearon que “los grupos dominantes no tienen aprecio por la democracia… Aumentos de precios, congelamiento de sueldos, pobreza, desempleo, cierre de fábricas, desnutrición infantil y tantos otros males para los pobres y beneficios para los ricos… a esta película ya la vimos en 1976, 1982, 1989 y 2001”.

Y la estamos viendo nuevamente desde fines del 2015 bajo la dirección del presidente Macri quien, en defensa de los intereses de unos pocos, la primera escena que filmó fue la quita de las retenciones a las exportaciones de las mineras y al sector agropecuario. Cabe destacar que con este dinero el Estado recibía fondos, de los sectores con mayor poder adquisitivo y los redistribuía entre quienes menos tienen.

La situación política en Argentina, una película que ya hemos visto

Las movilizaciones están convocando a numerosos colectivos.

Un papel no menor posee el FMI que, con su vasta experiencia en el rodaje de este tipo de películas, codirige la filmación y, como siempre, propone un guion basado en el endeudamiento del país y la implementación de continuos ajustes que vulneran los derechos de los sectores más humildes.

En el inicio de esta reedición miles de empleados públicos fueron despedidos porque, se decía, el Estado estaba sobredimensionado. Pero luego, sin coherencia argumentativa alguna, el gobierno nacional promovió que ingresaran al Estado familiares y –en muchos casos- los colocó en cargos jerárquicos existentes o creados a medida para los beneficiarios.

Este film se financia con hambre y marginación.  Y en este rubro el gobierno tampoco escatimó en gastos sociales ya que, a fines del pasado año, más de un tercio de los argentinos vivía en la pobreza y en la indigencia y casi un 50% de los menores de 14 años vive debajo de la línea de la pobreza.

La trama está protagonizada por un gobierno que, a fines del 2017, redujo los haberes de los jubilados, las pensiones por discapacidad y de los excombatientes de Malvinas. Y también, haciendo alarde de su inconmensurable insensibilidad social, disminuyó la Asignación Universal por Hijo, que es un seguro social que perciben las personas más humildes para intentar hacer más digna la existencia de cada uno de sus hijos menores de 18 años que viven en contextos signados por una obscena vulneración de derechos.

Las fuerzas represivas del Estado tienen un papel protagónico en las escenas en las que hay que reprimir a quienes están en contra del argumento de la película y ni siquiera les importa si quienes están en frente son jubilados, docentes, trabajadores, desempleados, niños o diputados de la nación.

Además, gracias a su “esmerada” actuación, según la Coordinadora contra la represión policial e institucional, “hay una creciente criminalización de los sectores en lucha; espionaje e infiltración; ‘absoluciones fáciles’ para los asesinos de uniforme, etc. y existe una muerte cada 25 horas”.  Así, por ejemplo, Santiago Maldonado y Rafael Nahuel murieron mientras las fuerzas represivas atacaban a sangre y fuego a los pueblos originarios que reclaman ocupar las tierras que ancestralmente les pertenecen y que hoy en día están en manos de terratenientes.

Pero muchos actores no aceptan el rol que les tocó en desgracia en esta trama de espanto y, a lo largo del 2018, continuarán movilizándose intentando trocar un entramado social excluyente por uno más inclusivo.

Daniel Benadava

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