Querida Belén,
Como lectora frecuente que eres de la revista sabrás que no solemos publicar en esta sección una respuesta a las cartas, que son campo de libre expresión para las personas que leéis alandar. Sin embargo, en esta ocasión -y dado que han sido varios los comentarios que hemos recibido sobre las páginas de humor- sí creemos necesarias unas palabras. También para responder a esa invitación que nos haces de reflexionar conjuntamente sobre el tema.
En primer lugar queremos disculparnos si en algún momento hemos ofendido a alguno de nuestros lectores o lectoras. En estos últimos dos años, en los que hemos aumentado el peso del humor y la ironía en nuestras páginas centrales, esta cuestión ha sido un debate frecuente en el consejo de redacción. ¿Dónde están los límites del humor? Es un asunto complicado, casi íntimo, porque cada persona tiene sus límites en un punto, cada uno y cada una tenemos en el corazón esos temas que son intocables, asuntos sobre los que no se puede bromear. En este número también reflexionamos sobre ello en la sección Norte-Sur, en un artículo sobre las caricaturas de Mahoma.
En alandar no podemos publicar tranquilamente esa frase que sale en otras publicaciones de que “esta revista no se responsabiliza de las opiniones vertidas por los autores”, porque no es así. Nos responsabilizamos de lo que publicamos y, desde el equipo, compartimos la mayoría de las opiniones que se imprimen en estas páginas (aunque muchas veces tenemos largos debates en nuestras reuniones). Teniendo esto en cuenta, en el consejo de redacción sí que, siempre que ha salido el debate sobre las secciones de humor, hemos coincidido en dos cosas. La primera es que, en cuanto a los temas que tratemos, no debemos imponernos censuras ni limitaciones. La segunda es que, en cuanto al tratamiento de dichos temas, siempre hemos de evitar las alusiones personales y el insulto, que no son propios del talante evangélico que queremos tener en la revista. Si en algún momento hemos faltado a esto último durante los últimos meses, de nuevo, disculpas.
Esperamos, en los próximos meses, seguir trabajando en este tema, escuchando a nuestros suscriptores y suscriptoras, para no perder la crítica constructiva ni el humor, pero para hacerlo con respeto y cuidando los límites.
Un abrazo fraterno.
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