Amigo Marcelo Barros:
He leído con muchísima atención tu folleto sobre espiritualidad socialista. Me sorprendió que, a estas alturas, la palabra “socialista” tenga tan buena prensa para ti. Si recorremos el siglo XX, el socialismo -como el comunismo y el fascismo- ha sido fuente de “utopías” que se han llevado por delante a millones de seres humanos. Nunca en la historia de la humanidad se han masacrado tantos seres humanos en nombre de la justicia y de la igualdad, pues nunca ha habido tanta injusticia y desigualdad con los que cayeron como víctimas de una supuesta justicia e igualdad.
He visto que fuiste ordenado por Helder Cámara y me alegró el saberte continuador de aquellas minorías abrahámicas con las que trabajé en los libros que publicó en los años 70 en la Editorial Sígueme, de Salamanca.
Según iba leyendo tu folleto iba tachando la palabra socialista siempre que aparece y la lectura podría hacerse lo mismo. Lo más complicado es que esa palabra podría ser sustituida por “fascista” o “nacionalsocialista” y quedaría lo mismo, al fin y al cabo Mussolini fue socialista y Hitler predicaba el nacionalsocialismo. En España, donde hemos tenido la desgracia de un nacionalcatolicismo, nos da que pensar cualquier adjetivo político que se añada al Evangelio.
No sé si Bolívar fue muy socialista o más bien un liberal ambientado en ideas masónicas con la utopía de una América unida. Lo que sí sé es que “socialismo bolivariano” suena a Chávez y a su dictadura o a Evo Morales y su marxismo trasnochado.
Una advertencia, por favor, evita el lenguaje políticamente correcto, inventado por los capitalistas yanquis de “compañeros y compañeras, hermanos y hermanas, lectores y lectoras”… Al final resulta insoportable leer un folleto así. El “lectores, compañeros y hermanos” se utiliza como colectivo y sabemos que incluye a todos y hace más ágil la lectura…
En “Características del tiempo actual y del socialismo emergente” entiendo lo que dices y el análisis del que partes. ¿Por qué llamar socialismo, sin embargo, a sistemas descentralizados y solidarios? Precisamente lo que ha hecho el socialismo ha sido centralizar y estatalizar todo, ahogando a la sociedad civil y convirtiendo a los jefes, como el la novela de Orwell, en más iguales que los demás. Tendrías que informarte de cómo han vivido los socialistas españoles cuando se han perpetuado en el poder.
Creo que cualquiera podría subscribir lo que dices en las páginas de “El socialismo bolivariano”. Estropea toda la página la ilustración que remedando el Evangelio dice: por sus frutos socialistas los conoceréis. Me quedo con la frase del Evangelio. Por sus frutos hemos conocido a los socialistas en España.
Sobre “Fe cristiana y socialismo”, Goldman no me parece que hoy sea un pensador de primera fila en el conjunto de la filosofía actual. Admito que haya cristianos que vean la salida social del Evangelio en sus ideas, pero hay muchos que la ven de otro modo y tienen el respaldo de pensadores con bastante más categoría que los citados.
Tus preguntas de “Una lucha espiritual” las subscribo. Pero pregunto: ¿por qué el proceso tiene que ser socialista si ya se sabe lo que da de sí el socialismo, que ha sido la gran estafa del siglo XX?
“Una comprensión nueva de la espiritualidad” me parece un epígrafe perfecto que se lee mucho mejor si quitas la palabra socialista. He leído bastante a Urs von Baltasar y me alegra que le cites. Probablemente él cambiaría el adjetivo “socialista” y pondría otro como “estética”, “humanista”…
Siempre que aparece la palabra “espiritualidad socialista” la he ido cambiando por “actual” y cualquiera no identificado con el socialismo puede leer tu folleto.
Quizá lo que más me ha llamado la atención negativamente es que llames a dos dictadores, Hugo Cháves y Evo Morales, que se saltan los derechos humanos a la torera, ministros de la eucaristía; seguro que no te atreverías a decir lo mismo de Pinochet o de Franco. Los cuatro está en la misma categoría. Con esas afirmaciones pareces un “forofo” de ambos dictadores, con ninguno de los cuales comulgo en absoluto.
Concluyo, si suprimieses la palabra socialista tu folleto ayudaría a una espiritualidad del siglo XXI, pero poner como modelo una ideología decimonónica que está contaminada con millones de seres humano masacrados en nombre de una utopía fracasada no me parece muy oportuno.
Curiosamente tu folleto me llegó en los días de las elecciones municipales y autonómicas de España donde la palabra “socialista” nos mareaba todos los días para que los votásemos. Me imagino que conoces el resultado de la pérdida de dos millones de votos socialistas.
Tengo muy claro que el Evangelio está más allá de cualquier ideología política y que, como benedictino, lo interesante para ti será el Evangelio y no el socialismo.
Un saludo afectuoso de alguien que comparte la fe en un Jesús que nos libera. La fe es crítica con todas las ideologías, también con el socialismo.
José Luis Sandoval es lector de alandar, cristiano y profesor jubilado de filosofía.
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