Canciones que rompen estereotipos

pag5_temadeportada_web-4.jpgNo es la primera vez que surge un proyecto en el que se reivindica, a través del arte, la dignidad de las personas que viven en la calle. Sin embargo, la novedad de la “Fábrica de Canciones” que edificó el músico y compositor Rafa Sánchez (Madrid, 1968) radica en que el resultado final, el disco que verá la luz después del verano, se basa en la aportación de un grupo de personas sin hogar con las que Sánchez compartió muchas horas, gracias a la colaboración de la Fundación RAIS. Todo empezó en octubre de 2010. “En principio, cuándo iniciamos el proyecto, yo lo único que buscaba era poner en marcha un taller en el que poder trabajar desde la creatividad y el arte con un grupo de personas que tienen mucho que decir y a la que la sociedad les ha vuelto la cara”, recuerda el músico madrileño, “padre de la idea”. Un año y medio después ya habían escrito la letra y la música de entre 40 y 50 canciones, “muchas de las cuales compusimos en tiempo real y otras que terminé de ‘cocinar’ en casa, usando como ingredientes lo charlado en la hora y media de sesión que nos juntaba todos los martes”, asegura el artista.

Dulce enfermedad

Rafa Sánchez padece, como él mismo reconoce, “una dulce enfermedad” que le lleva a componer canciones sin freno, casi compulsivamente. Si miramos el “historial musical” de este profesor de educación física, podemos comprobar su participación, siempre desinteresada, en numerosas iniciativas solidarias que van de actos de reivindicación de la memoria histórica; de solidaridad con las víctimas del terremoto de Haití (2010, organizado por Intermón-Oxfam); en contra de la Guerra de Irak o a favor de la defensa de los derechos humanos, con Amnistía Internacional. Pero quizá su acción más conocida a través de los medios de comunicación sucedió cuando en octubre de 2010 -y junto a Carolina Muñoz, la otra mitad de su grupo Uno más Una- escribió una canción dedicada a cada uno de los 33 mineros sepultados en la mina de cobre de San José, en Chile. Cada tema llevaba por título el nombre y el primer apellido del receptor y, para escribirlas, sus autores buscaron documentación en noticias y reportajes que se publicaron sobre estos trabajadores que finalmente salieron ilesos de la aventura. Unos días antes, Rafa pudo hacérselas llegar a través del programa Hoy por hoy (cadena SER) para que las escucharan, como medio para subirles la moral en la espera del rescate.

La Fabrica de Canciones, un proyecto organizado por la Fundación RAIS y apoyado por la Obra Social de Caja Madrid, superó en sus resultados las mejores predicciones que pudieron hacerse cuando se inició. Las composiciones se basan en historias contadas por Oliver, Rocío, Rafa, Amparo y Mariano, un grupo de personas sin hogar que transformaron sus experiencias de la calle en textos repletos de esperanza. “Al final nos ha quedado un disco muy luminoso”, reivindica el optimismo de Sánchez, “que no se regodea ni en el dolor ni en la soledad”. El álbum, que ha contado con una producción de lujo y con la participación de algunos de los mejores músicos de estudio del país, tendrá entre sus voces invitadas a Pedro Guerra, Raimundo Amador, Sole Jiménez (ex Presuntos Implicados), Miguel Campello (ex Bicho) y Clara Montes.

Desprecio en la mirada

Desde quienes impulsan esta bella iniciativa se remarca que el proyecto pretende ser una vía para suscitar una mirada diferente en la sociedad respecto a este colectivo, que se aleje de los estereotipos. El promotor de la idea insiste en que “lo que más les duele a ellos y ellas no es el hambre, ni el frío. Ni siquiera la soledad. Lo que les golpea con mayor crueldad es el desprecio que acompaña la mirada de la mayoría de las gentes con las que se topan en la calle”. Y prosigue: “Esto resulta todavía más duro cuando reflexionas y te das cuenta de que a cualquiera, de la noche a la mañana, la vida le puede dar un giro copernicano y terminar encontrándose en su misma situación”.
Al evaluar los resultados de la experiencia, todas las partes implicadas se muestran eufóricas. Sobre todo en lo que tiene que ver con el efecto positivo que ha tenido con la personas de la calle que han participado en el taller. Según Fernando Vidal, presidente de la Fundación RAIS: “Este proyecto le da voz sobre su vida, sus sentimientos y también sobre sus potencialidades”. Para Rafa Sánchez, “el proceso creativo en el que se han visto implicados ha potenciado su capacidad terapéutica. Personas atravesadas por la culpa, sin autoestima, se ven protagonistas de un proceso en el que se les tiene en cuenta, donde pueden aportar ideas”. “Cuándo dábamos con una palabra o una rima, se organizaba una fiesta, jajaja”, rememora, feliz por el resultado.

En la Red: www.rafasanchez.org
En Twitter: @fabricanciones

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