Prado Pérez: “La apertura, la integración, la mezcla, la fusión enriquece»

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Hace ahora un año Lala Franco entrevistaba a Prado Pérez de Madrid para hablar de un disco bellísimo que acababa de sacar con AuraMúsica, titulado “Trovadoras del amor”. La atención al disco quedó relegada porque la pandemia absorbió su conversación y lo que cobró importancia fue el testimonio de Prado como médica en primera línea en aquellos momentos durísimos de lucha contra la COVID-19. Pero ahora, un año después, vuelve a la carga con una razón poderosa: una canción de ese disco ha logrado ser finalista en el World Music, tras ser semifinalista en los Grammy.

Prado Pérez de Madrid y Luís Pérez Duque, cantante y compositor, lideran AuraMúsica. Foto: Pepe Galanes

Prado, para los que no conocemos a fondo el mundo de la música, ¿qué significa haber sido finalista ahí?

Bueno, el The USA Songwriting Competition es el concurso de composición de canciones más importante del mundo, donde cada año se presentan miles y donde el jurado está compuesto por profesionales del mundo de la música; es decir, que no tienen que votarte tus amigos para conseguir un premio como en la mayoría de los concursos actuales. Nosotros mismos no éramos conscientes de la importancia del concurso hasta que no vimos al ganador y el nivel de los finalistas. Estar ahí supone no sólo un importante reconocimiento a nuestro trabajo, sino también una manera de visibilizar y valorar la vida de las mujeres místicas de nuestro disco.

Háblanos del tema finalista, “Florecer desiertos”. Lo interpretas junto al cantaor Ricardo Fernández del Moral. ¿Cómo casa el flamenco con un poema de una mística del siglo IX y con tu propio estilo?

Nuestro proyecto, AuraMúsica, es desde el inicio un proyecto de fusión, de integración de culturas de ritmos, de armonías, de melodías de distintas partes del mundo y de distintos estilos musicales. La apertura, la integración, la mezcla, la fusión enriquece, el aislamiento empobrece y esto está en el ADN de AuraMúsica. Por eso nos atrevimos a fusionar el flamenco con la lírica. En el flamenco hay raíces árabes y de música oriental, por eso, cuando pensábamos qué tipo de música poner a ese bellísimo poema de Rabia al Adawiyya, como ella era sufí, en concreto de Irak, pensamos en algo que sonara a flamenco y de esa manera fuera el punto de unión entre Oriente y Occidente. La colaboración de Ricardo le dio el toque final. El resultado, desde mi punto de vista, es sorprendente. Y todo surgió así, de una manera tan natural que a veces pienso que es como si todo ya estuviera pensado, como si la canción estuviera esperando a que la sacáramos a la luz

Este ha sido un año difícil también para la música, tuvisteis que suspender casi todas las presentaciones. ¿Qué acogida ha tenido el disco en este contexto?

Pues la verdad es que fue una pena, porque justo cuando comenzó la pandemia y el confinamiento era cuando estábamos empezando a despegar con el disco, pero claro, en comparación con lo que estaba pasando, suspender conciertos o presentaciones era lo que menos nos importaba en ese momento. Todo se puede retomar. Lo importante es que estemos vivos y nos podamos reencontrar. Lo más curiosos de todo, y esto es algo que cuando me hago consciente de ello me emociona, es que ha habido mucha gente que me ha dicho que durante la pandemia nuestro disco le ha ayudado mucho a levantar el ánimo, a encontrar paz, a tener esperanza, a rezar… Y entonces pienso que, mientras yo me dejaba la piel con la bata blanca atendiendo a enfermos de COVID, el disco tenía vida propia e iba por su lado consolando, atendiendo a almas desasosegadas, apaciguando angustias, serenando ánimos y haciendo más llevadero el calvario que hemos pasado. Me parece algo bellísimo, que cada uno por nuestro lado y de maneras distintas hayamos sido útiles en este tiempo tan difícil. Es la espiritualidad del arte.

Diría que el que sea un disco basado todo en escritos de mujeres es un plus en este momento, pero no sé si la respuesta del público lo aprecia.

Es cierto que es un tema muy actual, y de hecho la acogida está siendo muy buena. Hay gente que sale de los conciertos con ganas de leer sobre las beguinas, de conocer más sobre ellas. El disco, lo mismo que el espectáculo, son como un aperitivo, que te deja con hambre y sientes necesidad de saber más. Sus biografía son muy interesantes. Pero ese era también nuestro objetivo: dar a conocer a esas mujeres, silenciadas a lo largo de la historia y que tanto han aportado desde sus vidas sencillas, desde lo cotidiano, desde ese compromiso con quien más las necesitaba y con la mirada siempre puesta en la trascendencia, en ese Amor que las traspasaba.

¿Tienen las beguinas un mensaje para nosotros hoy?

Por supuesto que sí. Su mensaje es de una actualidad abrumadora. Estamos ávidos de espiritualidad, de sentido, de pararnos y hacer silencio para ser conscientes de por qué y para qué estamos aquí. Vivimos a una velocidad increíble, pero con una gran superficialidad. Somos incapaces de leer más de 140 caracteres, o de ver un video de más de 60 segundos. Ellas aportan profundidad y compromiso con los más necesitados en esta época tan individualista donde cada cual vamos a lo nuestro y parece que la solidaridad es algo del pasado. Y este es el mensaje que nos transmiten ellas. Y este es el ejemplo que nos dan, esa es la clave de la felicidad, del encuentro con el Amor, utilizando el lenguaje que utilizarían ellas.

También es un disco valiente que habla de espiritualidad, algo que se remite a la privacidad, casi a lo oculto. Y vosotros la proclamáis. ¿Qué reacciones percibes al respecto?

Uno de los objetivos del disco era precisamente ese, popularizar la mística, que no se viera como algo raro, reservado para unos pocos elegidos. El fenómeno místico no es algo de una religión determinada, es algo inherente al ser humano, profese la religión que profese o aunque no profese ninguna. Todos estamos atravesados por esa corriente subterránea de vida que es la trascendencia, el Misterio, Dios, el Amor… Llevar esto a ambientes laicos es lo que llamamos evangelizar. Y eso es también lo que hemos querido hacer con este disco. 

El verano pasado estuvimos actuando en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, en el Corral de Comedias, junto a una programación laica y es muy importante poder dar a conocer lo que es la mística en esos espacios y ante un público que probablemente no es habitual de ambientes religiosos. La acogida fue muy buena. Y también en otro concierto, también el verano pasado, en la Plaza de Toros de Alcázar de San Juan, con una gran pantalla detrás del escenario donde se proyectaban los textos de nuestras canciones. El llevar la mística a esos espacios, y que la gente salga contenta y sin tener sensación de haber estado en un espectáculo “beato” (en el sentido peyorativo de la palabra) creo que es un logro.

¿Cómo se presenta el verano? ¿Podremos veros en directo en algún momento? 

Tenemos algunos conciertos cerrados por Madrid y por Castilla-La Mancha, la primavera ha sido buena también. Es muy bonito ahora, porque gracias a la pandemia, todo se hace en la calle, en plazas, al aire libre, en lugares donde no es habitual que haya conciertos y es como sacar la cultura afuera, abrirla a todo el mundo. Es una experiencia muy gratificante.

Hace un año hablamos mucho de tu compromiso como médico en un momento muy duro y de las deficiencias del sistema. ¿Cómo ve las cosas un año después una médico de primera línea?

No hay comparación. La incidencia ha bajado notablemente y la vacunación está haciendo efecto. Tuve la suerte de participar en la campaña de vacunación de las residencias de la provincia de Ciudad Real y fue una experiencia inolvidable. Como verlo todo desde otra perspectiva. Cuando llegábamos a las residencias custodiados por la policía o la guardia civil, nos recibían con aplausos. Era emocionante. Durante esos dos meses largos fuimos portadores de esperanza. Las miradas tristes de los meses anteriores se convirtieron en fuente de alegría. También para nosotros. ¡Hemos aprendido tanto en este año!

RECUPERAR LA MEMORIA DE LAS BEGUINAS

  • Todavía muchos no saben, ni en ambientes religiosos ni laicos, quiénes fueron las beguinas. En el disco de Aura Music se explica muy bien su papel y el interés de rescatar hoy su legado:
  • «Entre los siglos XII al XV, en el Centro de Europa, un grupo de mujeres decide adoptar un estilo de vida basado en la mística y el compromiso social con los más pobres. Son las Beguinas. Mujeres libres, de un estrato social amplio, que fomentan la cultura y que rompen con todo formalismo establecido para relacionarse con la transcendencia desde lo más profundo de su ser. Desafiaron todo poder religioso, político, civil, social y familia. Su historia ha permanecido silenciada durante siglos.
  • AuraMúsica las rescata del olvido y convierte en música y en canciones sus poemas, sus vivencias, sus pensamientos, sus obras y las adapta al lenguaje del siglo XXI, fusionado música medieval con música actual.
  • Disco y espectáculo en clave feminista que une a mujeres de distintas religiones (Islam, Cristianismo), de distintos lugares (Oriente y Occidente) y de distintos tiempos (siglo VIII -siglo XVII), pero unidas por la misma corriente subterránea de la vida que nos traspasa».
Imagen de portada del disco «Trovadoras del amor»

PARA ESCUCHAR A AURAMÚSICA 

  • El próximo 24 de junio, AuraMúsica ofrece un concierto en abierto en la Iglesia del Santísimo Redentor de Madrid, a las 21 h. 
  • La canción finalista «Florecer desiertos», puede escucharse en abierto con una excelente calidad en: https://youtu.be/epWupXkNPR0
  • Para más información sobre sus conciertos o la adquisición del disco, consultar www.auramusica.com

Autoría

  • Lala Franco

    Alandar me permite hacer una de las cosas que mas me gustan como periodista: entrevistar a esas personas que son la sal de la tierra porque van cambiando el mundo con su trabajo, su reflexión y su denuncia.  Además, es un espacio para la libertad y la creatividad dentro de la Iglesia, muy necesitada de ambas. Y me da pistas para vivir de un modo más solidario y menos consumista y para seguir alimentando el núcleo espiritual que nos vincula, desde lo profundo, con el mundo, con los otros y con Dios.  Por lo demás, ahora soy una periodista jubilada de TVE que se mete en muchos líos. En la Revuelta de mujeres en la Iglesia, por ejemplo. Y que está agradecida a dos espacios eclesiales: la JEC (Juventud Estudiante Católica, que me albergó de joven, y Profesionales Cristianos (PX), mi actual comunidad de referencia. Soy murciana y, además de mi tierra de origen, amo Madrid, donde vivo;  pero también la Montaña Oriental Leonesa y Asturias, donde paso buena parte de mi tiempo. La vida, pues, no cesa de abrirme a  paisajes y horizontes nuevos, en todos los sentidos. Y yo trato dejarme sorprender por la riqueza y la novedad que nos rodea y los mensajes de cambio que sugiere. 

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