El sacerdote Bernard Kinvi ha sido galardonado con el Premio Alison Des Forges de este año. Se trata de una distinción que concede la organización Human Rights Watch a personas que han destacado por su defensa de los derechos humanos. El padre Kinvi es director del hospital de Bossembelé (Rep. Centroafricana) y durante los primeros meses de este año salvó la vida a cientos de musulmanes. En declaraciones recientes, afirmó: “Soy religioso Camilo y he hecho un voto de socorrer a los enfermos y personas necesitadas aún a riesgo de perder mi vida”. Las amenazas de muerte le llegan de las milicias anti-balaka, un grupo que surgió el año pasado como un conglomerado cuyo objetivo inmediato era combatir los rebeldes musulmanes de la Seleka y, por extensión, atacar a toda la población musulmana. El padre Kinvi llegó a ser detenido por los milicianos, agredido y amenazado por proteger a cientos de musulmanes. A pesar de todo, los religiosos no cedieron y salvaron la vida a los musulmanes hasta que las fuerzas multinacionales de la MISCA llegaron y pudieron evacuarlos a Camerún.
Mundo Negro
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