El pasado 8 de abril aparecía una entrevista al doctor Gilles-Eric Séralini en la contraportada de La Vanguardia. Este hombre es catedrático de Biología Molecular y especialista en toxicidad de variedades transgénicas y herbicidas.
Creo que no se puede expresar de una manera tan clara ni tan breve los riesgos a los que nos exponen los dichosos transgénicos. Un invento que, según sus promotores, van a acabar con todos los problemas de la Humanidad, incluído el hambre, pero que, en realidad, lo único que conseguirá será llenar aún más la cartera de dichos promotores a costa del dinero y de la salud de toda esa Humanidad. Entre los mensajes bomba que podemos encontrar en esta entrevista está éste: “Sabemos que el cáncer, las enfermedades hormonales, metabólicas, inmunitarias, nerviosas y reproductivas están relacionadas con los agentes químicos que contienen”.
Ante la pregunta de “en qué dosis son peligrosos”, Pilles-Eric responde: “No lo sabemos, porque no se han hecho los test adecuados [porque no les dejan]; sólo sabemos que nos hacen daño a largo plazo. En general, impiden que los órganos y las células funcionen bien”. Y ante esta otra pregunta: “Usted también ha realizado investigaciones recientemente…” responde: “Sí, sobre los efectos del Roundup (el mayor pesticida del mundo, utilizado en tres cuartos de los transgénicos) en células humanas: directamente las mata”.
Va siendo hora de parar en seco a toda esta panda de delincuentes globales que ponen en juego la salud de millones de personas y que pretenden patentar las fuentes de la vida, las semillas, para seguir forrándose.