por María López-Dóriga
La doctora Jane Goodall, una de las primatólogas más reconocidas del mundo y auténtica leyenda para muchas mujeres científicas, ha recogido en Madrid el doctorado honoris causa de la Universidad Complutense.
PREGUNTA: ¿Imaginaba de niña que iba a construir todo lo que ha construido?
RESPUESTA: Cuando crecía no me imaginaba que pudiese ser científica, ya que en aquellos tiempos las niñas no soñaban con la ciencia. Siempre soñé con ir a África, ver a los animales y escribir libros sobre ellos, lo cual era muy extraño porque las chicas no hacían ese tipo de cosas.
Fui a África y me encontré al doctor Louis Leacky, paleontólogo, primatólogo y antropólogo, quien me dio la oportunidad de estudiar a los chimpancés. Tuve suerte porque el doctor Leacky pensaba que las mujeres eran mejores observadoras en el campo.
Así que después de estar dos años haciendo observaciones en el terreno en Gombe, Tanzania, me enviaron a la universidad de Cambridge para hacer un doctorado en etología. Fue extraño, ya que cuando llegué allí los profesores me dijeron que había hecho todo mal, que no debería haberle dado nombres a los chimpancés, sino números y que había dado por sentado que los chimpancés tenían pensamiento, personalidad y emociones.
Después de obtener mi doctorado volví a Tanzania y vi que si no nos poníamos a trabajar junto a la comunidad local, involucrándolos, iba a ser muy difícil trabajar por salvar a los chimpancés. Y allí fue cuando iniciamos en 1994, el programa de desarrollo unitario TACARE, con comunidades locales, con el objetivo del desarrollo sostenible y también incluía salud y conciencia ambiental.
A nivel ambiental, ha creado el programa educativo Roots and Shoots (Raíces y Brotes), que se ha extendido a más de 80 países, para involucrar más a los jóvenes y que participen en estos cambios, ya que son necesarios para trabajar por un mundo mejor.
Esto es lo que me mantiene activa y viajando 300 días al año
P: ¿Sigue siendo optimista, sobre todo ahora que se está produciendo la COP24 sobre medio ambiente y no acaba de cerrarse un acuerdo?
R: El encuentro en Polonia es el último de una serie de encuentros. Es importante encontrar acuerdos pero también es importante aplicarlos, porque si no se aplican no se obtienen resultados.
Con el impacto que estamos teniendo en el planeta, el cambio climático, hay mucha gente, sobre todo gente joven, que siente que no se puede hacer nada. También hay científicos que aseguran que no se puede hacer nada, que estamos ya en un punto de no retorno.
Hay muchos políticos en el mundo, como por ejemplo el presidente Trump, que hacen todo lo posible para socavar los esfuerzos que se hacen para evitar un gran cambio climático.
Podría hablar durante varias horas sobre este tema, pero no lo haré. Simplemente diré: sí, soy optimista, debido a cuatro razones.
Primero, la gente joven, como la de nuestro programa. Ellos se implican, se ponen a trabajar e inducen reacción. Ellos, mientras que hablamos, están cambiando cosas en todo el mundo.
Segundo, nuestro intelecto, nuestro increíble cerebro y muchas cosas que podemos crear e innovar a nivel tecnológico, para reducir los impactos. Por ejemplo, los gobiernos investigan y apoyan más a las energías renovables, como por ejemplo la eólica, en lugar de financiar o subsidiar energías no renovables como el gas o el petróleo.
Pero también nosotros, si tomamos consciencia, somos responsables de nuestra huella cotidiana.
Otra razón para la esperanza es la resiliencia de la naturaleza. Incluso en lugares que han sido devastados, si le damos una oportunidad y ayudamos se puede volver a recuperar la vitalidad y jugar un papel muy importante en los ecosistemas. Animales o especies que han quedado al borde de la extinción, pueden tener otra oportunidad.
Finalmente está lo que yo llamo el indomable espíritu humano. Tenemos el ejemplo de gente que supera adversidades y se pone a trabajar en situaciones que parecían imposibles y afrontarlas.
P: ¿Piensa usted que es más fácil que los científicos sean los que informen y convenzan a la población sobre la situación actual?
R: Es importante para la gente estar en contacto con la naturaleza. Se ha demostrado científicamente que los niños que se han desarrollado sin ese contacto con la naturaleza adquieren ciertas dificultades a nivel psicológico.
El problema es que en algunos campos de la ciencia se dice que hay que ser teóricamente objetivos y no tener empatía con el sujeto de estudio, pero creo que no es así. Creo que no podemos desarrollar todo nuestro potencial humano si no conectamos el intelecto con esa capacidad de empatía.
P: Comentaba antes el importante papel de las mujeres en el mundo de la ciencia. Me gustaría que nos dijera qué podemos hacer para animar a las niñas que quieren ser científicas en un futuro.
R: Cuando era pequeña soñaba con ir a África, y todo el mundo se reía de mí, diciendo que eso era imposible, siendo una niña. Sin embargo mi madre siempre me apoyó y me dijo que si trabajaba duro, aprovechaba las oportunidades y nunca me daba por vencida lo lograría.
Mucha gente se me acerca en ocasiones para decirme “gracias, porque con tu ejemplo me mostraste que si tú pudiste, yo también podría hacerlo”.
Cada vez hay más mujeres involucradas, que llegan más lejos en la ciencia, siendo el ejemplo de muchas mujeres, como por ejemplo Marie Curie.
Si te fijas, hoy en día hay una gran cantidad de mujeres exitosas. Por ejemplo este año el premio Nobel de química fue otorgado a una mujer.
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