Esperanzador y ejemplar giro a la izquierda en Chile

Fuente: elpais.com

La elección de Gabriel Boric, de 36 años de edad, abre el camino a una nueva izquierda en América Latina, sin las pesadas mochilas del pasado sobre sus hombros y en diálogo con la nueva época que lideran los jóvenes y los nuevos paradigmas. Con diferencias, la jerarquía católica lo apoya.

El nuevo Gobierno chileno, encabezado por el presidente más joven del mundo, Gabriel Boric, está llamado a hacer los cambios más profundos en el sur del continente americano, en los últimos 50 años. Su apabullante victoria en las elecciones presidenciales, a finales del año pasado, le dan el respaldo suficiente para encarar los próximos cuatro años.

Ya han aparecido los primeros cambios importantes: la cartera de ministros que nombró está mayoritariamente constituida por mujeres y por personas menores de 40 años. El mismo Boric declaró en su discurso inaugural que era un gobierno feminista, y en su programa hay un claro sello ecologista y descentralizador. Además, ha mostrado cercanía con la gente, ha rendido honores al expresidente Salvador Allende y ha nombrado ministra de Defensa, que coordina las Fuerzas Armadas, a una de las nietas de Allende. Sin embargo, sería ingenuo ocultar los muchos obstáculos que se va a encontrar si quiere implementar toda la agenda reformista que anunció durante la campaña electoral.

Chile es visto como un país diferente dentro del conjunto de América Latina. Su estabilidad económica y democrática, más allá de las reformas pendientes y que ha demandado el pueblo en el estallido social, son garantía de un sistema republicano que no teme cambiar de derecha a izquierda sin generar convulsión nacional.

No obstante, bajo esa estabilidad subyace un sistema construido al amparo de la constitución heredada de la dictadura militar. Actualmente, ya se han iniciado los trabajos para la redacción de una nueva constitución. Para ello, la Convención Constitucional de 154 integrantes, absolutamente paritaria en género y con representación especial de los 11 pueblos indígenas que habitan en el territorio chileno, está trabajando una propuesta de texto constitucional que se presentará a lo largo de este año.

El artículo 1 de la nueva constitución ya está redactado y se propondrá para su aprobación en el plebiscito del próximo año. Este tiene una importante carga simbólica y dice así: “Artículo 1.- Del Estado Regional: Chile es un Estado Regional, plurinacional e intercultural conformado por entidades territoriales autónomas, en un marco de equidad y solidaridad entre todas ellas, preservando la unidad e integridad del Estado. El Estado promoverá la cooperación, la integración armónica y el desarrollo adecuado y justo entre las diversas entidades territoriales”.

En este contexto de cambio constitucional que el nuevo Gobierno apoya decididamente, a diferencia del anterior de Sebastián Piñera, son clave tanto la reforma tributaria que afectará a grandes empresas y a las personas más ricas, como la reforma de previsión social que deberá terminar con las aseguradoras privadas de pensiones. Sin embargo, ninguna de esas reformas, o cualquier otra del Gobierno, podrá salir adelante sin convencer al poder legislativo en el que ningún sector ideológico tiene mayoría. Todos deberán negociar con todos.

Gabriel Boric comienza una presidencia llena de esperanza para muchos chilenos, durante la cual tendrá que tener mucha mano izquierda para que no se convierta rápidamente en una decepción.

A los pocos días del inicio de su presidencia, Gabriel Boric se reunió con miembros de diversos credos religiosos, entre ellos con el presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, arzobispo de Santiago, cardenal Celestino Aós, quien expresó al presidente electo que contará siempre con el respeto y la colaboración crítica y constructiva de la Iglesia Católica.

Al comienzo del año pastoral de la arquidiócesis de Santiago, ante casi mil delegados de comunidades y agentes de pastoral, el obispo auxiliar, Carlos Godoy Labraña, deseó “lo mejor del mundo” al presidente Gabriel Boric y a su Gobierno. “Si le va bien al Gobierno, nos va bien a todos nosotros”, enfatizó. “Ante todo debemos, como cristianos, pedir que el Señor le regale sabiduría, que lo impulse, sobre todo, orientando su acción política y social particularmente a los más pobres, a los más pequeños, que siempre son el foco de atención, de misericordia y de compasión de nosotros como Iglesia”, recomendó.

En la jornada, aludiendo a la grave crisis de abusos sexuales en la iglesia, desde hace más de una década, el obispo Godoy enfatizó: “aunque todavía hay mucho camino por recorrer y sanar, nuestra Iglesia ha hecho un esfuerzo considerable, particularmente la Delegación para la Verdad y la Paz”. Reconoció que “probablemente muchos de nosotros hemos experimentado las consecuencias de este ambiente de desconfianza, de poca credibilidad y de cuestionamientos hacia la Iglesia”.

Los defensores de derechos humanos, las víctimas de abusos y las redes de laicas y laicos apoyan decididamente que el presidente Boric tome cartas en el asunto y nombre una comisión estatal para esclarecer la verdad sobre los abusos del clero en Chile.

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