Queridos Reyes Magos, aunque a lo mejor sois reinas y todavía no nos hemos dado cuenta y digo esto porque son tantas las mujeres que en el mundo hacen realidad los sueños de tantas personas; son tantas las que se acercan a lugares donde algunas personas son excluidas, sufren violencia, son maltratadas y pasan necesidad y comparten con ellas lo que tienen, son tantas las que hacen tantas cosas que empiezo a pensar que vosotros erais vosotras, pero bueno, ya me empiezo a ir por las ramas…
Empezamos: queridos Reyes o Reinas magas, este año quiero que me traigáis una brocha y un bote de pintura violeta. Esta mecedora, que empezó ya hace seis años, anda un poco descolorida por el uso y creo que no podemos perder el color intenso del violeta y todo lo que representa de trabajo y lucha en el camino por la igualdad de las mujeres. Y lo digo porque parece que, últimamente, en algunos sectores se está también desdibujando este color, unas veces porque nos cansamos, otras porque nos parece que ya hemos avanzado y no, que os lo digo yo: que queda mucho por hacer. No hay más que leer el libro de Marta Gómez: Eva encadenada. Os daréis cuenta de que no podemos bajar la guardia.

Queridos Reyes o Reinas magas, además del bote y la brocha, quiero pediros unas gafas violetas y eso os lo pido para Miguel Ángel, el nuevo director de alandar. Durante 16 años, desde el 2000, alandar ha estado dirigida por mujeres y las mujeres han tenido un espacio especial en la publicación. Sé que él es sensible ante la desigualdad y el sufrimiento de la mujer en gran parte del planeta, pero sería bueno regalarle estas gafas, para que lo tenga siempre presente, ¿lo podéis hacer?
Y ya mi última petición. A veces, sobre todo cuando se van cumpliendo años y se lleva ya muchos en estas tareas, puede invadirnos un cierto cansancio. Por eso , Melchor/a, Gaspar/a y Baltasar/a, quiero pediros en este primer mes del año en el que vamos a tener que lidiar en muchos campos, que regaléis a quienes leen esta Mecedora, un poema precioso de Walt Whitman:
No te detengas
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
“Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros “poetas muertos”,
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los “poetas vivos”.
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.
Gracias Reyes o Reinas y seguir ayudando a cumplir los sueños de muchas personas.
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