Ante la crisis planetaria que está azotando también a todas las confesiones religiosas y, en particular, a la Iglesia católica, muchas personas cristianas se sienten desconcertadas y la jerarquía, en una irresponsable huida hacia delante, parece que no quiere enterarse. Algunas voces (Austria, EEUU, Irlanda, etc.) claman por un nuevo concilio o una iniciativa similar que pueda dar respuesta a los muchos desafíos a los que el mundo de hoy está enfrentando la fe.
Paralelamente, el cincuenta aniversario de la celebración del Concilio Vaticano II está despertando en muchas comunidades cristianas un creciente interés por un acontecimiento que se planteó en profundidad la relación de la Iglesia con el mundo. Las dos preguntas básicas que flotaban en el aula conciliar eran: “Iglesia, ¿qué puedes ofrecerle hoy al mundo?” y “Mundo, ¿qué le exiges hoy a la Iglesia?”.
Hoy, cincuenta años después, deberíamos hacernos las mismas preguntas porque tanto el mundo como la Iglesia han cambiado sustancialmente. Ante los nuevos desafíos –económicos, religiosos, políticos, culturales, científicos, etc. – a los que hoy nos enfrentamos los cristianos y cristianas, junto a muchos otros, debemos elaborar nuevas respuestas. Y, para este cometido, debemos tener la misma actitud honesta y creativa que entonces tuvo el Vaticano II y usar, igual que entonces, una metodología capaz de hacer razonablemente fiable la vinculación entre historia y transcendencia.
Redes Cristianas, cuya preocupación fundamental desde su origen ha sido tratar de hacer creíble la fe en cada circunstancia histórica, considera que este aniversario puede ser un tiempo oportuno para actualizar en nuestros días el espíritu de la Primera Asamblea de Jerusalén, que relatan los Hechos de los Apóstoles en su capítulo 15. En este sentido, la plataforma integrada por más de 200 grupos y comunidades –de la que alandar también forma parte– ha iniciado un proceso la constitución de una base social suficientemente amplia, coincidente en la búsqueda de una nueva forma de presencia cristiana en el mundo de hoy y, en consecuencia, en la reforma profunda de la Iglesia.
Una vez constituida dicha base social, se desarrollará un proceso para celebrar una Asamblea Universal del Pueblo Cristiano que se desarrollará en varias fases, desde 2012 hasta 2015, coincidiendo con el aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II. Para ello se ha lanzado un llamamiento abierto con el fin de que puedan participar en este proceso todas las personas, colectivos y comunidades que se sientan interpeladas para trabajar juntas en esta tarea ilusionante y esperanzadora.
Para más información:
http://www.redescristianas.net/asamblea-universal-del-pueblo-cristiano/
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