Hay recuerdos que solazan el espíritu; sobre todo cuando son de una persona amiga y querida; más aún si esta persona nos ha regalado algo importante. La dedicación que Panikkar hizo de su vida a la religión ha sido su mejor regalo.
“Entiendo por religión –nos dice- los diversos caminos que la gente cree que conducen a la plenitud, a la felicidad o a la liberación…; no la entiendo en cuanto nos religa a un fin último, sino más bien en cuanto nos desliga; en cuanto nos otorga la libertad y la alegría de una despreocupación incondicionada…” Perdido este verdadero sentido de mística que la religión tiene, “se reduce a una ideología más o menos convincente o a una institución más o menos útil.”
Tan ferviente defensa de la religión -como cuando dice en su libro De la mística : “… cuando se dice que hay hombres no religiosos; la expresión tiene tan poco sentido como si se dijese que hay hombres no racionales…”- no es óbice para hacerle olvidar en sus escritos el peligro de una mala interpretación y falsa vivencia de la religión:
“Quería todavía añadir algo más. Comparadas con estas cuestiones (ha hablado del sistema capitalista como orden último e injusto) y con las que tienen que ver con la dignidad de la persona humana, todas las demás teorías como el cielo, la vida eterna…el premio celestial y todo el resto, son simples especulaciones, fruslerías, discusiones académicas, si es que no son sedantes criminales de nuestra propia conciencia y, simplemente, opio para el pueblo…”.
De esa su responsable dedicación nos ha dejado cientos de escritos: preciosos libros sobre todo, con los cuales podemos disfrutar de su enseñanza todavía. “Su obra es profunda -dice de él la página de Internet- con una multidimensionalidad de enfoques; característica que le distingue de sus detractores…”
La Trinidad, la “Santísima” y toda la trinidad que él nos descubre de manera admirable, empleando incluso palabras nuevas. “Cosmoteándrico”. Cosmos, Dios y Hombre, que vertebra toda su obra… “Sempiterno” para explicarnos el aforismo del místico medieval, Ángelus Silexius : “El tiempo es como la eternidad y la eternidad como el tiempo, a no ser que tú mismo hagas la diferencia”. ¿Qué puedo deciros, ante obra tan importante, sino es que leáis sus libros, de los que, veis, llevo en el alma sus enseñanzas?