Tiempos difíciles: necesitamos una nueva narrativa

La convocatoria de elecciones generales en pleno verano nos sorprendió y nos colocó ante la urgencia de reflexionar sobre el panorama político al poco tiempo de haberlo hecho ante las recientes elecciones municipales y autonómicas.  

Decíamos hace un mes: “Vivimos momentos sociales donde los consensos y pactos por el bien común de la ciudadanía han zozobrado. Los discursos polarizados, de confrontación, de descalificación del discrepante, de eliminar al adversario, del belicismo, de la legitimación de la pobreza, están normalizándose…”

Desde Alandar creemos que debemos vivir y promover la justicia y la equidad que aseguren la redistribución de la riqueza y apuntalen la cohesión social. Debemos afrontar este momento y no desfallecer en el intento de juntar reflexión y acciones para ganar la playa de la esperanza, porque un mundo mejor, más justo, es nuestro imperativo ético.

Las elecciones generales deben ser una oportunidad para articular un discurso político serio, que permita debates de ideas y proyectos y no una mera confrontación de descalificaciones y eslóganes. La preocupación por el titular inmediato, por la imagen antes que la realidad, por la ideología antes que los datos… empobrece radicalmente la vida política.

Es el debate político y social el que debe ayudarnos a construir una narrativa nueva que permita reconocer y trabajar por los intereses generales y el “bien común”. 

Las elecciones generales han de ser una oportunidad para construir esa narrativa que precisamos, que será necesariamente crítica con lo hecho u olvidado, pero que también reconocerá los derechos adquiridos y pasos dados como un logro colectivo y a mejorar. También las elecciones son el momento de ejercer nuestro voto con responsabilidad, dándole el valor que tiene, el voto constituye el primer momento para la construcción de ese bien común anhelado. Apelamos a una ciudadanía activa, constructora de su presente y su futuro.

¿Las y los cristianos? Comprometidos en los ámbitos en los que podamos colaborar, tendiendo puentes y desenmascarando la manipulación del Evangelio; que por nosotras y nosotros no quede.

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