SUCEDE que escribir poesía
ha venido a ser para mí una costumbre
emparentada con el hecho de respirar
y otros fenómenos fisiológicos e instintivos.
Sucede que amar la vida
es un fenómeno que reaparece en mi conciencia
siempre que ésta es atacada
por alguna forma de abatimiento y desesperanza.
Sucede que creer en Dios
me resulta menos difícil cuando sopeso
la densidad de los problemas de la vida
como un desafío para seguir amando.
Sucede que apostar por la Paz y la Justicia
se me impone como la única verdad
no contaminada por los argumentos
tan sutiles del poder y de la violencia.
Sucede que la Comunicación Humana
imprescindible par la solución de tantos problemas-
es el mayor problema que tenemos los mortales
por nuestra negativa a escuchar y a comprender al otro.
Sucede que ser Hombre es para mí
la mayor empresa que no puedo realizar por mí mismo
si olvido que ser hombre es tener necesidad
conjunta de todos los hombres mis hermanos.
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