Emprendedoras, paso a paso

Un grupo de mujeres lucha por salir adelante ante la dureza de la crisis. Juntas logran crear unas relaciones de apoyo mutuo. El reconocimiento y el sentido de pertenencia fortalecen su vida.

En 2010 la asociación Paso a Paso puso en marcha en Pan Bendito el proyecto “Emprendedoras”. No se trata de un proyecto destinado exclusivamente a mujeres. Ha sido la realidad de lo vivido lo que ha definido el proyecto en femenino.

Surge en los comienzos de la crisis con la intención de acompañar a aquellas personas afectadas por dicha realidad, de una forma sencilla y modesta. Un grupo de vecinos genera un espacio que se abre a las personas que están dispuestas a pelear juntas para salir de la crisis.

Durante estos seis años, han pasado por el grupo alrededor de 20 personas. Algunas por un tiempo breve. Otras participaron durante un período más largo. Entre ellas están Ruth, Paulina, Terezinha o Sandra.

En la actualidad el grupo está formado por cinco mujeres emprendedoras: Gladys,  Elda, Tsvetana, Jaqueline y Fátima.

En este tiempo se ha hablado mucho del emprendimiento. Quizá haya existido un cierto mecanismo psicológico perverso que consiste en querer trasladar, en alguna medida, la responsabilidad de la falta de puestos de trabajo en el mercado laboral hacia aquellas personas que se han quedado sin empleo. No suena igual “emprendedor” que “autónomo”. Mientras se ponía de moda el emprendimiento, hemos sido testigos de cómo numerosos autónomos han tenido que ir cerrando sus pequeños negocios debido a su inviabilidad económica.

Nuestra idea inicial tampoco estaba muy alejada de estos presupuestos. Buscábamos personas que fueran capaces de poner en marcha un negocio cuando más arreciaba la tormenta. Si apenas hay ofertas laborales, invéntate tu propio trabajo.

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Para ser una persona emprendedora hacen falta múltiples capacidades: una destreza técnica, saber hacer algo que otros quieran comprar; una destreza organizativa, ser capaz de planificar el funcionamiento del sistema productivo; una destreza financiera, poder acceder a los recursos económicos necesarios para la puesta en marcha del negocio y para su posterior mantenimiento; una destreza comercial, encontrar posibles compradores y convencerlos para que te compren; una serie de destrezas personales, motivación mantenida en el tiempo, tenacidad para enfrentarte a los retos y a las dificultades de una manera resolutiva y capacidad de relación con posibles colaboradores, proveedores y clientes.

Para trabajar por cuenta ajena no es necesario asumir tantas responsabilidades.

Sólo hemos podido acompañar una experiencia de emprendimiento como tal en seis años. Gladys vino con un plan de negocio que había conseguido 12.000 euros de financiación para montar una tienda de calzado infantil. Consiguió un local en una pequeña galería comercial. Consiguió traer mercancía elaborada por su familia en su país de origen. Consiguió vender. A los seis meses tuvo que cerrar su negocio. El casero le duplicó unilateralmente el precio del alquiler basándose en que vendía mucho, lo que hacía inviable mantener la tienda. Psicológicamente no pudo hacer frente a esta situación injusta.

Sí que hemos vivido más experiencias de “microemprendimientos” que no estaban en nuestra idea inicial. Se trata de iniciativas pequeñas que buscan lograr unos mínimos ingresos. Nuestra mentalidad no contemplaba la economía de subsistencia.

Hemos elaborado regalos textiles personalizados como camisetas, cojines y sábanas dibujadas con motivos personales; recuerdos de eventos como bautizos, bodas y comuniones; muñecas de tela con diversos modelos de ropa; decoraciones para habitaciones infantiles o fiestas de cumpleaños; comidas típicas de diversos países para celebraciones; arreglos de ropa. Hemos participado en la comercialización de productos de cuidado personal y de nutrición y en el alquiler de habitaciones para turistas.

También hemos podido realizar un acompañamiento jurídico gracias a la desinteresada labor del abogado de la asociación. Dicho servicio ha sido muy agradecido, fundamentalmente por las angustias que ha logrado disminuir.

Pero más allá de las acciones llevadas a cabo, lo que más nos ha enriquecido es el camino compartido, el conocimiento mutuo, las relaciones que se han creado.

La procedencia de los miembros del grupo es diversa: Ecuador, Brasil, Bulgaria y Guinea. También lo es su religión: musulmana, adventista, ortodoxa y católica.

Emprendedoras, paso a paso.

Cuando estás en un país distinto al tuyo, tienes que salvar dos dificultades: la diferencia cultural y la falta de vínculos. En lugar de trabajar con cada persona por separado, optamos por hacerlo en grupo. De esta manera, las iniciativas de unas han supuesto un aliciente para las otras. Los proyectos planteados han cobrado mayor dosis de realismo ante la mirada del resto. Las dificultades vividas han encontrado respuesta en las estrategias adoptadas ante situaciones parecidas por otras integrantes del grupo.

Se ha compartido la vida. Nos hemos escuchado en nuestros anhelos y en nuestros miedos. Muchas veces, ante la dureza de lo vivido, han surgido palabras profundas de ánimo, haciéndonos cargo de sufrimientos y desvelos de las otras personas. Palabras que muestran la hondura de cada una, que reflejan una fe profunda en Alá, en Dios, en la Vida.

Hemos vivido enfermedades, nacimientos, rupturas de pareja, estafas. Hemos visto cómo se desvanecían los esfuerzos de varios años cuando el banco se quedaba con nuestros pisos. Hemos perdido a nuestros padres en la lejanía, tratando de labrarnos un futuro mejor mientras que el presente no nos sonreía. Hemos vuelto a nuestros países de origen. Unas veces por estar ya sin fuerzas. Otras, para encontrarnos temporalmente con nuestros seres queridos. Hemos tenido que irnos a otros países para buscar una nueva oportunidad. Hemos sufrido no poder encontrarnos con nuestros padres que venían a conocer a sus nietos, por haber sido deportados. Hemos podido contar unos con otros para las grandes y para las pequeñas cosas de la vida.

Ha sido una suerte tener un sitio donde me llaman por mi nombre, en un entorno hostil en tantos sentidos. Ha sido una suerte compartir la experiencia humana de estas mujeres emprendedoras.

@jorgegallegoST

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