Liberación, así se llama la federación de asociaciones de barrio y vecinales que trabaja contra la exclusión en la provincia de Sevilla. A pesar de la crisis, que ha amenazado de “muerte” a muchas de ellas, siguen trabajando en red, con estructuras pequeñas y cercanas a las personas, porque “es así como se combaten mejor los problemas”.
Elige la Vida (EV) es una de las asociaciones de esta federación. Trabaja para favorecer el desarrollo comunitario en el conocido barrio de Triana, en Sevilla. Se centra en la prevención de las drogodependencias y el apoyo y atención a personas usuarias de drogas, personas afectadas por el VIH-SIDA, personas sin hogar y, en general, personas en situación de riesgo de exclusión social incorporando la perspectiva de género.
Personas, personas y más personas. Ahí está la clave de su razón de ser y de su supervivencia, porque su casi centenar de personas socias aporta cerca de la mitad de los ingresos de la entidad. La otra mitad sigue dependiendo de algunas empresas privadas e instituciones públicas, quienes han recortado considerablemente su apoyo desde el comienzo de la crisis.
Triana, además, es un barrio muy característico. A su riqueza histórica, monumental, estética y artística hay que sumarle una enorme personalidad y una forma de vivir el folclore y las tradiciones católicas difícilmente igualable en el mundo. Decenas de miles de personas participan cada año en las múltiples expresiones de fe como la Semana Santa, el Rocío o el Corpus.
Tanto las autoridades como las principales empresas de la zona lo saben. Por eso no es de extrañar un importante e incesante despliegue de medios y financiación que acompaña a las cuotas que, “religiosamente”, pagan de forma individual los miles de fieles. Detrás de sus numerosas iglesias y procesiones hay un importante gasto que tanto la ciudadanía como las administraciones y las empresas sufragan, a pesar de la crisis o las carencias presupuestarias en otros aspectos.
Hablamos de una inyección de millones de euros en un barrio donde sólo viven 60.000 personas. Las cifras también se explican si se tiene en cuenta que mucha gente de fuera del barrio acude a él para participar de todos estos triduos, novenas, salidas extraordinarias, cultos, cofradías, misas, conmemoraciones…
Todo este catolicismo contrasta, sin embargo, con la pobreza en sus calles. Hace más de medio siglo el régimen franquista expulsó a los gitanos de Triana expropiando sus innumerables corrales y, ya en democracia, la especulación inmobiliaria sigue luchando contra los muchos reductos de viviendas comunales, patios y edificios de renta antigua que aún resisten.
Miles de familias viven en Triana, hoy, bajo el umbral de la pobreza. En el mismo barrio donde se agasaja, se reza y se rinde culto con todo lujo de detalles al Cristo del Cachorro o la Esperanza de Triana. El mármol, los bordados o la grandiosidad de sus celebraciones contrastan con la falta de apoyo a los colectivos en riesgo de exclusión por parte de buena parte de la población, sus autoridades y, lo que es más sorprendente, la propia Iglesia.
“Hace un tiempo necesitábamos voluntarios para un proyecto de acompañamiento en cárceles. Le pedimos ayuda a las dos parroquias más populares de Triana, Santa Ana y San Jacinto. Aún estamos esperando su colaboración”. Son las palabras de uno de los portavoces de EV, Rafael Díaz, que también es cristiano, trianero y secretario de la asociación.
[quote_right]El proyecto muestra una “galería de la vida, sobre cartón y a pie de calle”[/quote_right]
“Donde sí encontramos ayuda es en la Parroquia de la O y, en otros proyectos, también mantenemos una buena relación colaborativa con la de Santa Justa y Rufina”, afirma Díaz, que reconoce además que las Hijas de la Caridad y los círculos sociales de Podemos e Izquierda Unida son agentes activos en la lucha por las desigualdades en el barrio.
De todas formas, este feligrés, experimentado en la lucha contra la exclusión social de su barrio de toda la vida, no se muerde la lengua y afirma con rotundidad que “el tejido asociativo de Triana es muy escaso. EV es prácticamente la única ONG laica que trabaja en este campo y, entre las católicas, ni siquiera la labor de Cáritas es reseñable”.
Esto último es paradójico, ya que la sede de Cáritas diocesana de Andalucía se ubica, precisamente, en Triana. En algunas parroquias, las responsables de la caridad son personas mayores de más de ochenta años, con los consecuentes problemas de dinamización de las acciones.
Sirva de anécdota ejemplar que “hace no mucho, se organizó en el barrio una concentración por el cumplimiento de los acuerdos internacionales en defensa de las personas refugiadas. El día antes se celebró una misa en una de las parroquias de Triana, a la que Rafael va a menudo, pero el párroco, a pesar de su petición, no hizo mención a ello y centró la homilía en la necesidad de luchar contra el laicismo. Unos días antes, IU Sevilla había propuesto una normativa en ese sentido que afectara al nombre de algunas calles de la ciudad, repleta de nomenclatura religiosa”.
“Y todo lo que ha organizado esa parroquia por el Año de la Misericordia es una procesión donde todas las personas de la feligresía pueden solicitar un diploma para la indulgencia, unas formas que recuerdan, incluso, a la Iglesia anterior al Concilio Vaticano II”.
[quote_right]Miles de familias viven en Triana, hoy, bajo el umbral de la pobreza[/quote_right]
Elige la Vida sigue esperando una mayor implicación social de la Iglesia, el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía, el tejido empresarial y, por supuesto, de la ciudadanía. Llevan años presionando para que se realice algo tan elemental como un censo de las personas sin hogar. “Nuestro análisis, en este sentido, no es muy bueno. Cuando empezamos, teníamos ocho taquillas en nuestra sede, taquillas para que estas personas guarden sus pertenencias. Tras la crisis, ya hemos tenido que instalar 58”.
Una de las iniciativas que suelen llevar a cabo es la organización de eventos socioculturales para la sensibilización en el entorno donde conviven y trabajan. Recientemente, Elige la Vida ha organizado en Triana una exposición cuyo formato, dicen, “no es nuevo”, pero cuyo resultado no deja indiferente a nadie. A raíz de la consolidación de un taller de fotografía, se diseñó una “galería de la vida, sobre cartón y a pie de calle”.
Se distribuyeron cámaras desechables entre más de 30 personas para realizar más de 30 fotografías cada una. Sin formación, pero cargadas de realidad, estas personas han construido una galería de instantáneas que reflejan a la perfección la Triana de cartón, instrumentos para la reflexión y la agitación de conciencias.
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