El fin de semana 13 y 14 de noviembre se celebraron las XIX Jornadas de la Asociación de Teólogas Españolas (ATE) en el Colegio Mayor Mara en Madrid. El tema de las Jornadas era Genealogías del trauma. Cuerpos abusados, memorias reconciliadas. Se trataba de ofrecer una interpretación también teológica al drama del maltrato y del abuso, y de contar los caminos de sanación posibles.

Este año, pudimos celebrar las Jornadas tanto presenciales como online. Encontrarnos de nuevo nos llenó de alegría y dar la posibilidad a otras desde sus hogares nos ensanchó aún más. Se desarrollaron tres conferencias y dos talleres en distintos momentos. Silvia Martínez Cano, presidenta de ATE, abrió las Jornadas con la explicación de la imagen escogida para las mismas: el rapto de Perséfone de Bernini. Una violencia y un abuso que provocó la separación entre madre, Deméter, e hija, Perséfone, por el deseo de Hades sobre esta última. Deméter grita por Perséfone y ese grito hace que Zeus se movilice y posibilite el encuentro de las dos mujeres una vez al año, provocando la alegría reflejada en la primavera y el verano y después, al ser devuelta a Hades, la tristeza del otoño e invierno.
La primera conferencia fue impartida por la doctora Marián López Fernández-Cao, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, con el título Genealogías del trauma. Una mirada multidisciplinar. Propone la reconstrucción simbólica de la persona a partir de la expresión artística. El daño infringido es un daño excesivo que no tiene cura, pero se aprende a vivir con él. En este acompañamiento se es consciente de que no se puede curar y en el proceso creador se encuentra la expresión del proyecto vital que ayuda en el aprendizaje de vivir con esa herida.
La imagen elegida para ilustrar el lema de las jornadas fue el rapto de Perséfone de Bernini, una escena de violencia y abuso
La segunda conferencia fue impartida por la doctoranda Mireia Vidal i Quintero, investigadora independiente, con el título Trauma y lectura de la Palabra. La reconciliación con la situación que se provoca después de un trauma no se realiza en un movimiento lineal. El grito inarticulado va acompañando la vida. La huella traumática de los discípulos y discípulas de Jesús con su muerte violenta se abre a un nuevo paradigma con la resurrección. Es un proceso lleno de dudas que necesita un largo tiempo que va más allá de tres días. En las tradiciones de las distintas iglesias cristianas se ha estandarizado en el rito de la Pascua. No hemos asimilado la muerte y ya estamos cantando aleluya, cuando el proceso traumático fue más largo. Esta ritualización nos aleja de comprender la verdadera experiencia de los primeros seguidores y seguidoras del Crucificado Resucitado. Las mujeres no son escuchadas ni atendidas cuando llevaron la noticia. El silencio al que se las sometió coincide con el silencio al que se nos somete hoy.
Por la tarde se celebró la asamblea de socias ATE y tras la misma, se desarrollaron dos talleres. Uno tenía como título Arteterapia como abordaje al trauma y la violencia, impartido por la doctora Carolina Peral y el otro Acompañar situaciones de abuso, impartido por Covadonga Orejas, Carmelita Vedruna del equipo Ruaj. Ambos posibilitaron hacer memoria de los naufragios existenciales por abusos. En el primero, se pudo expresar a través de una representación artística como es el dibujo, confiar en el arte como camino de vida, y el segundo, dando claves de acompañamiento integral que pide una escucha profunda, dando suelo, vigilando, generando vínculos de esperanza en una conjura a favor de la v/Vida.
Lisa Isherwood habló sobre la «teología del trauma», un enfoque relativamente nuevo que afirma que el trauma lleva una verdad en su interior
El domingo tuvimos la conferencia de la doctora Lisa Isherwood, profesora de la Universidad de Gales, con el título Cuerpo, trauma y vida nuevamente acogida. La teología del trauma es relativamente nueva. El trauma lleva una verdad en su interior y se opone a la verdad de algunas teologías. Y hay un trauma residual que permanece pues nunca se termina de curar. El cuerpo como lugar del trauma y sede de una naturaleza divina compartida.
Silvia Martínez Cano cerró las Jornadas recordándonos que estamos llamadas a gritar como Deméter para que nadie se pierda, gracias a la memoria que trae la experiencia intensa del pasado y, por la gracia, categoría teológica que revela la esencia misma de Dios, proyectarla hacia el futuro con nueva ilusión, luz y esperanza pues se esclarece lo sucedido, por qué sucedió y a quién dañó sentando las bases para la restauración de la persona.
Después nos reunimos de nuevo las socias y, en asamblea, se llevó a cabo la votación de la nueva junta. Damos las gracias a las salientes Antonina María Wozna, Carme Soto Varela y Montse Escribano-Cárcel. Y dimos las gracias a las que acogieron el servicio en esta nueva junta: presidenta Silvia Martínez Cano, vicepresidenta Carmen Picó Guzmán, secretaria Mónica Diaz Álamo, tesorera Mª Belén Brezmes Alonso, vocales: Mireia Vidal i Quintero, Ana Gimeno Cristóbal y Silvia Bara Bancel.
Se abre ya un nuevo tiempo de reflexión para preparar las siguientes Jornadas que se desarrollarán en el 2022, el 12 y 13 de noviembre. Hasta entonces, os invitamos a nutrios a través de las publicaciones de las conferencias de las Jornadas en la Colección Aletheia de Verbo Divino.
(*) Belén Breznes es licenciada en Teología fundamental, miembro de la Junta de la ATE y religiosa Hija de Jesús.