Monseñor D. Carlos Osoro:
Querido hermano: Quiero hacerle llegar por medio de esta carta que llevo mucho tiempo pensando, mi gran preocupación y la de muchos creyentes entre lxs que me encuentro, ante el silencio de nuestra Iglesia en relación a la situación dolorosa, sangrante e injusta que sufren tantos seres humanos que mueren en esas fronteras que hemos creado para los que huyen de las guerras o de la pobreza. 42.000 seres humanos son los que diariamente huyen de sus casas.
Le digo lo del silencio de la Iglesia, más bien el de nuestra Jerarquía, porque no se la escucha, cuando antes teníamos cada dos por tres al portavoz de la Conferencia Episcopal, Señor Camino, dándonos lecciones de moral. Ahora, ante éste, para mí, genocidio, no escuchamos en nuestros medios la palabra de denuncia, que tantos y tantas esperamos de nuestros obispos. No es suficiente con las declaraciones del papa, tan cerca del sufrimiento de las personas. Tenemos que unirnos a sus clamores y decir ¡basta ya! de fronteras, vallas y concertinas.
Quiero hacerle llegar esta fotografía que seguro conoce, y que a mi me llena de dolor. La ha ha publicado en su revista la ONG Médicos del Mundo. sería un gran signo el tenerla presente en nuestras celebraciones. La pasión de Jesús se repite en cada una de las personas que soportan tantísimo sufrimiento y en las que mueren en esa huída al Egipto actual.
¿Estamos los cristianos y cristianas, aunque sólo sea con nuestra denuncia, contribuyendo a que llegue el Reino de justicia, verdad y paz? ¿O estamos consintiendo que más seres humanos sean crucificados?
Perdón, hermano, pero el dolor y la indignación me empujan a pedirles que hablen alto y claro, ya que ustedes tienen más medios a su alcance y más fuerza en su denuncia.
Con todo respeto,
Blanca Rubio