La tortuga que hizo camino «alandar»

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Por Julián del Olmo

Una tarde del mes de octubre de 1981, rezando en la iglesia de la parroquia del Cristo de la Misericordia (Dehesa de la Villa), me vino la inspiración de crear un periódico mensual para las comunidades cristianas de Madrid con el propósito de mantener vivo el espíritu del Concilio Vaticano II y la línea que el cardenal Tarancón había promovido en la Iglesia española en general y en la archidiócesis de Madrid en particular porque estaba próxima su jubilación y se adivinaba un cambio de rumbo. Compartí la visión con algunos miembros de las comunidades cristianas de la zona norte de Madrid (yo era cura de le extinta parroquia de Santa María en el Cenáculo) que se entusiasmaron con la idea. Informé al cardenal Tarancón del proyecto en ciernes y como no puso ningún reparo nos lanzamos a la aventura.

Pilar Contreras inventó el nombre de “Alandar”, inspirada en los versos de Antonio Machado “caminante no hay camino, se hace camino al andar” y ofreció su despacho de arquitectura para sede del periódico. Un sábado al mes, el grupo que animaba el proyecto (20 personas) nos reuníamos en la parroquia de San Federico para perfilar contenidos, financiación y distribución del periódico y compartir la riquísima paella que preparaba Jacinto Solano. Registramos oficialmente el nombre de Alandar y formamos una sociedad limitada con reparto de acciones en función de las aportaciones, en trabajo o en dinero (a fondo perdido).

En 1983, la tortuga que habíamos elegido como mascota empezó a caminar. El sueño compartido se hizo realidad gracias a la colaboración de muchas personas (diseño, maquetación, redacción, distribución, gestión…) y a las parroquias que apostaron por Alandar haciendo suscripciones colectivas.   

No tardaron en aparecer voces discrepantes con la línea de Alandar (hay que tener en cuenta que tras la visita de Juan Pablo II a España, en noviembre de de 1982, el cardenal Suquía relevó al cardenal Tarancón al frente de la Iglesia de Madrid, en abril de 1983) y, como director del periódico, me llamaron a capítulo porque Alandar no tenía “licencia eclesiástica” y había informaciones que “no gustaban” a las jerarquías eclesiales.

No nos arredramos ante las dificultades y, paso a paso, la tortuga siguió avanzando. En 1985 creamos la colección de Folletos Alandar, teología y espiritualidad para andar por casa, que fue un éxito. Los autores de los primeros folletos fueron: Luís González-Carvajal, Juan Martín Velasco, Jesús Burgaleta, Pedro Casaldáliga, Martín Valmaseda, Julio Lois, Goyo Ruiz, Carlos F. Barberá… A la presentación de la colección, en el aula cultural de Vallecas, asistió el obispo auxiliar de Madrid, Alberto Iniesta.

Más tarde, empezaría una nueva etapa para Alandar con nuevos directores, nuevos colaboradores, nueva sede y nuevos proyectos.  

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