Frente a mi puerta se planta, de vez en cuando, una mendicante profesional, con la mano extendida, esperando recibir alguna moneda. En las puertas de las parroquias y de los supermercados siempre hay alguien en la misma actitud. Estos son “pobres manifiestos” y, en muchos casos, con discapacidades mentales.
Lo que me extraña son las noticias de los casos que se van descubriendo, entre políticos, de uno y otro partido, que también ponen la mano en actitud de pedir. No sabemos si también son «pobres manifiestos», discapacitados mentales o ambas cosas…
A veces son chantajes para obtener prebendas mayores. ¿Se irán descubriendo más? Entre políticos sin ética, ¿podrá llegar a ser constitucional la «ley del cazo»?…
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