En estos días que me llegan distintas convocatorias de temas muy variados e interesantes vienen a mi mente algunas inquietudes.
No dejo de preguntarme, porque en los colectivos LGTB cristianos quizá solo un 10% son mujeres, ¿solo son cristianos ellos?, ¿las mujeres han dejado de creer? ¿Qué ocurre? Creo que no es una cuestión tan simple. Y hay algunas cuestiones que me gustaría plantear, para la reflexión.
Curiosamente, en la Iglesia a nivel de número hay muchas más mujeres que varones pero, como es sabido, ellos son los que ocupan los espacios de poder. En los colectivos LGTB cristianos apenas hay mujeres lesbianas. Por una parte, me parece lógico, porque con toda la carga destructiva que la Iglesia ha vertido sobre ellas, naturalmente abandonan una institución que tanto las discrimina, por mujeres y por lesbianas.
Pero, me asaltan varias preguntas: ¿por qué los varones homosexuales cristianos no se cuestionan la ausencia de sus compañeras lesbianas? ¿Por qué siguen reproduciendo los mismos esquemas patriarcales, excluyentes y machistas, que mantiene la Iglesia-institución, si ellos también son un colectivo discriminado por la Iglesia? ¿O quizá sí se lo cuestionan, pero no les interesa?
No tengo muchas respuestas, creo que el tema está abierto, al menos al dialogo y a la reflexión.
Tengo claro que no es que las mujeres lesbianas sean menos espirituales, ni mucho menos. Creo que, sin duda, no quieren cargar con un lastre más del que ya socialmente tienen. Pero me parece una pobreza para los colectivos LGTB cristianos perderse el potencial que estas mujeres lesbianas podrían aportar, pero que encauzan por otras vías, o simplemente “abandonan” la institución, que no la espiritualidad. Entiendo que siguen siendo unas buscadoras de esa fuente espiritual, que les aporte la aceptación y la paz propia de una espiritualidad integradora.
Invito, por tanto, a los colectivos LGTB cristianos, en los cuales no hay mujeres lesbianas, o las hay en una minoría, a cuestionarse este vacío. Por supuesto que esto sería extensible al colectivo transexual, que en su mayoría también estaría muy poco o nada representado, en los colectivos LGTB cristianos.
Como sugerencia, estaría muy bien que se interesaran por la teología feminista, que deconstruye muchos de estos planteamientos, y a no quedarse en la teología hecha y dirigida sólo a los varones, porque eso las empobrece.
No tiene sentido la segregación, no tiene sentido que colectivos discriminados discriminen a otros también discriminados, y sobretodo, sin duda, es una postura bastante poco evangélica.
Por otro lado, invito a las mujeres lesbianas a no abandonar la institución, teniendo en cuenta que también ellas, por su bautismo, forman parte de ella. Les invito a buscar, crear y reinventar la manera de poder vivir la espiritualidad cristiana, desde otro paradigma, más cristiano, evangélico y feminista.
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