¿Cuántas veces charlamos padres y madres sobre la educación de nuestros hijos?, ¿cuántas veces teorizamos sobre esas formas del siglo XIX que sufren niños del XXI en las aulas?, ¿cuántas veces nos damos cuenta de cómo cercenan la creatividad y el interés por aprender para hacer de los niños pequeños embudos para que entren los contenidos? En ello estaba, una vez más, cuando me entero de que hay gente que no solo se lo pregunta sino que se ha puesto manos a la obra. Y entre ellos, la buena gente de Eclesalia.
Al otro lado del teléfono, Cristina cuenta y no para la penúltima aventura en la que se han metido esta familia de Eclesalia (ya sabéis, César Rollán, Cristina Plaza y sus cinco hijos). Por cierto, cuando tenían alguno menos recibieron el premio alandar 2011.
Digo que Cristina, emocionada, me cuenta la nueva movida: “Estamos poniendo nuestro trabajo, nuestro tiempo, nuestros ahorros…y ponemos también nuestros hijos”. De lo que se trata es de un proyecto educativo que promete aportar mucho, nuevo y fresco al panorama de nuestro país. Se trata de la Escuela Ideo. El proyecto lo lleva un grupo muy activo de profesores, pedagogos y familias comprometidas con cómo debe ser un colegio, de verdad, del siglo XXI. Van a comenzar ya este próximo curso 2014-2015 en un edificio provisional en el barrio de Las Tablas, al norte de Madrid.
El Proyecto Educativo de Centro (PEC) es su carta de presentación, donde han volcado sus sueños y sus ideales educativos. La Escuela Ideo se presenta como un centro educativo concebido como proyecto de vida. Se parte de la idea de la escuela como comunidad educativa en la que todos los participantes buscan un mismo objetivo: el desarrollo integral de todos sus miembros.
¿Cómo lo van a hacer?
Con una educación plural, respetuosa, integral e inclusiva, en valores. Con especial interés y sensibilidad hacia la inclusión y la diversidad. Con pedagogías activas, trabajo cooperativo, metodologías de proyectos, una educación para la comprensión, considerando el aprendizaje desde el esfuerzo, la motivación y el interés, a partir de la emoción y la alegría por aprender. Sin necesidad de imponer deberes y utilizando procedimientos colectivos e individuales de evaluación continua y sistemática.
Quien quiera saber más, pasar de las preguntas a las respuestas y del pensamiento a la acción, no tiene más que buscar en su web: www.escuelaideo.edu.es
Por cierto, ya hemos matriculado a dos de nuestras hijas.