Hans Küng

Hans Küng: Hasta siempre, profesor

En aquella hora larga a solas con Hans Küng aprendí que la verdad no se puede abandonar por escandalosa que parezca; él la eligió porque no puede hacer daño ni a la Iglesia ni a nadie. Y que a pesar de las consecuencias, con la verdad hay que resistir, descartando el paso atrás. Por otro lado, el deber de obedecer nunca excluye, pero nunca, la decisión de conciencia. La obediencia lleva a absurdos. El propio Jesús a los doce años desobedeció.