La democracia, más allá de la etimología, significa una persona un voto, independientemente de sus circunstancias. Sin embargo, un gran número de personas permanece invisible para la liturgia democrática, sin que sus derechos tengan cabida en las campañas ni en las políticas. En estas elecciones, al menos en Barcelona, no será así. Cuando las urnas están a punto de entrar en los colegios, irrumpe una nueva lista, la Lista Invisible

Promovida por Arrels, esta peculiar candidatura está formada por 8 personas con experiencia de vida en la calle, trabajadoras, voluntarias o amigas de la entidad. El cabeza de lista es Giorgio, que ha vivido en la calle y desde hace un tiempo trabaja en Arrels orientando y asesorando a personas sin hogar. Completan la “candidatura” Catalina, maestra y voluntaria; Jordi, que hasta hace un año vivía en la calle; Andrea, psicóloga social y trabajadora del equipo de calle; Anna María, que hace diez años que no vive en la calle (entrevistada hace unos meses en Alandar); Daniel, médico especializado en la atención de personas con y sin hogar; Eva, abogada que defiende los derechos de personas sin hogar, y Gustavo, hasta hace ocho años vecino de la calle.
Quienes se acerquen el domingo a las urnas no encontrarán sus nombres en las papeletas. Su objetivo no es conseguir ninguna concejalía, sino hacer presente la vulneración de derechos de todo tipo, también políticos, que sufren las personas sin hogar, “recordar que tener que vivir en la calle no es normal y aportar soluciones factibles en materia de sinhogarismo en el ámbito municipal”.
“Cuando vives en la calle- explica Giorgio-, pierdes tus derechos, incluso los más cotidianos: a la higiene, a guardar tus cosas, a descansar, a disfrutar de los espacios sociales y culturales. Imposibilita votar y presentarte como candidato. Pierdes el derecho a ser y, lo que es más importante, pierdes la dignidad”.
Cuando vives en la calle pierdes tus derechos, pierdes tu dignidad
Como cualquier lista, ésta cuenta con un programa, cuya concreción y viabilidad ya querríamos que copiaran quienes sí que podrán ser votados el próximo domingo. El objetivo es que los partidos asuman las seis prioridades en materia de sinhogarismo que constituye el programa:
1. Abrir equipamientos en cada barrio para que centenares de personas dejen de dormir en la calle. “Abrir pisos pequeños en los diferentes barrios es una alternativa muy factible a corto plazo que da buenos resultados. Evidencia que los recursos se tienen que adaptar a las persones y no a la inversa”, explica Andrea.
2. Atender a todas las personas que viven en la calle, “Mucha gente ha perdido la esperanza y ha acabado normalizando el sinhogarismo porque se encuentran con dificultades para ser atendidos por los servicios sociales y la burocracia”, lamenta Gustavo.
3. Garantizar el padrón a todas las personas, obligación de los ayuntamientos que muchos no cumplen, excluyendo a los más vulnerables no sólo de sus derechos políticos, sino de algunos tan básicos como la salud. Según un estudio del Col·legi Oficial de Metges de Barcelona, vivir en la calle supone una esperanza de vida entre 15 y 30 años menor que la media de la población. “No sólo hablamos de mortalidad –explica Daniel-, sino de carga de enfermedades. Tenemos un sistema sanitario público tensado, que garantiza el acceso a la sanidad en situaciones de emergencia, pero una persona que no está empadronada no lo tiene fácil. Tener asignado un médico de cabecera garantiza la salud a largo plazo.”
Vivir en la calle supone una esperanza de vida entre 15 y 30 años menor que la media
4. Habilitar recursos básicos como duchas, consignas o comedores, en cada distrito. Quienes viven en la calle se pasan el día trasladándose por la ciudad, buscando dónde satisfacer necesidades básicas, como la alimentación o la higiene, no siempre cerca unos de otros. “Cuando una persona sobrevive, no tiene tiempo de hacer otras cosas”, dice Andrea.
5. Modificar las ordenanzas de convivencia para garantizar los derechos de las personas sin hogar. Las ordenanzas son, explica Eva, el dolor de cabeza de las personas sin hogar porque sancionan a quienes realizan en la calle actividades que suelen hacerse en el hogar. La policía multa a quienes sólo pueden hacer estas cosas en la calle, precisamente porque no tienen casa. Cuando vivía en la calle, Gustavo llegó a acumular multas por “delitos” como dormir o comer en la calle por un valor de treinta mil euros. “Soy el rey de las multas”, dice con una carcajada.
6. No criminalizar a las personas que viven en la calle desde los servicios municipales, lo que exige incrementar los recursos y proporcionar una formación adecuada a los y las trabajadoras municipales.
Arrels quiere reivindicar con la Lista Invisible “que las personas sin hogar no son criminales, a pesar de tener muchos derechos vulnerados”. “Son personas –continúan- que nos representan”, pero no nos representarán en ningún ayuntamiento, no pueden ejercer el derecho a presentarse a las elecciones. Para evidenciar cómo de inverosímil es el hecho de que una persona sin hogar pueda transformarse en un actor político de peso, han “tuneado” los carteles electorales de los candidatos de más relumbrón al ayuntamiento de Barcelona. “¿Te imaginas que los candidatos y candidatas a la alcaldía de Barcelona vivieran en la calle?”, preguntan.
Tal vez es tiempo de empezar a hacerse preguntas como esta.
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