(Le Chiavi di casa, 2004. de Gianni Amelio)
En esta película hay un abrazo final entre un padre ausente y un hijo paralítico cerebral. Tras una peripecia en la que el padre, que abandonó al hijo, le reconoce y le pide perdón; y un hijo limitado pero inmenso, que acoge y consuela. Este abrazo asimétrico en el que el hijo salva al padre supone un relato arquetípico de reconciliación en la asimetría, que desde el punto de vista teológico hace referencia a la alianza de Dios con el ser humano.
El actor hijo es realmente paralítico cerebral y actúa de modo impresionante. Y el guapo de Kim Rossi Stuart queda casi un poco soso a su lado. Pero es una película intensa, para verla con amigos y comentarla.
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