Otro día de la madre

Foto. UN Women.Nuestra Madre Tierra ya tiene, al fin, su particular “día de la madre”, nada comercial, nada publicitario. La Asamblea General de la ONU aprobó en 2008 que cada 22 de abril se celebre el Día Internacional de la Madre Tierra.

Esta proclamación supuso el reconocimiento de que la Tierra y sus ecosistemas nos proporcionan la vida y el sustento a lo largo de nuestra existencia. También implica reconocer la responsabilidad que nos corresponde, como se expuso en la Declaración de Río de 1992, de promover la armonía con la naturaleza y la Tierra. Es necesario luchar para que haya un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras.

“Madre Tierra” es una expresión común utilizada para referirse a nuestro planeta en diversos países y regiones, una denominación que refleja la interdependencia existente entre los seres humanos, las demás especies vivas y el propio mundo que habitamos. Por ejemplo, en Bolivia la llaman “Pacha Mama” y la población prehispánica en Nicaragua se refería a ella como “Tonantzin”. Gran Madre, Inana, Terra Mater, Magna Mater… son algunas de las denominaciones con las que las culturas y las religiones se han referido a lo largo de los siglos a esta esfera azul que habitamos.

Con motivo de la proclamación del Día Internacional de la Madre Tierra, el teólogo brasileño Leonardo Boff pronunció en 2008 un discurso ante la Asamblea General de la ONU, como representante de Brasil en la Comisión de la Carta de la Tierra. “Tenemos que cambiar nuestras mentes, nuestros corazones, nuestro modo de producción y de consumir, si queremos tener un futuro de esperanza”, afirmó entonces Boff, porque nuestra Madre Tierra “se encuentra crucificada”.

“Los pueblos aborígenes de ayer y de hoy tenían y tienen clara conciencia de que la Tierra es generadora de todos los vivientes”, señaló el teólogo, “la Tierra es, pues, la Madre universal”.
Durante siglos y siglos predominó esta visión hasta que emergió el espíritu científico en el siglo XVI, “a partir de entonces la Tierra ya no es vista como Madre sino como una realidad sin espíritu, entregada al ser humano para ser sometida, incluso con violencia”.

“La madre-naturaleza que debía ser respetada se transformó en naturaleza-salvaje que debe ser dominada”, recordó Boff ante la Asamblea de la ONU. “La Tierra fue convertida en un baúl lleno de recursos, disponibles para la acumulación y el consumo de los seres humanos”.

Ante esta realidad es necesario actuar, hacer con nuestra actitud el mejor regalo al planeta en su particular “día de la madre”. Tal y como señaló Boff, como humanos “nuestra misión en el conjunto de los seres vivos es la de ser los guardianes y los cuidadores de esta sagrada herencia recibida del Universo”.

“Tenemos que cambiar nuestras mentes, nuestros corazones, nuestro modo de producción y de consumir, si queremos tener un futuro de esperanza”, concluyó el teólogo brasileño. “La solución no nos va a caer del cielo, sino que será el resultado de una coalición de fuerzas en torno a una conciencia ecológica integral, unos valores éticos y espirituales, unos fines humanísticos y un nuevo sentido de ser”. De esta manera podremos honrar no solo el 22 de abril, sino todos los días del año, a nuestro hogar común, la Tierra, nuestra grande y generosa Madre.

Puedes leer el discurso completo de Leonardo Boff haciendo click aquí.

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